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ECOLOGÍA

Bacterias y microorganismos contra la contaminación, presentados en Madrid

Dos prefijos se han hecho ya habituales: eco y bio. La Fundación Ramón Areces ha presentado en su VII Curso sobre Biotecnología básica, clausurado ayer en Madrid, un experimento que une ambos: el empleo de microorganismos transgénicos para abordar problemas de contaminación; desde las bacterias comepetróleo hasta la manipulación de cepas bacterianas para la descontaminación de suelos y la eliminación de vertidos industriales. El experto holandés Karel Luyben estuvo explicándolo.

Luyben, especialista en ingeniería bioquímica de la Universidad de Tecnología de Delft (Holanda) y uno de los máximos expertos en el mundo en biorremediación de daños en terrenos contaminados, explicó que Holanda y Estados Unidos son los países más avanzados en este tipo de investigación, y destacó su gran futuro, porque "todos los países tendrán que enfrentarse en los próximos años a la recuperación de suelos contaminados".Sin embargo, el científico holandés matizó: "Estas técnicas no son la panacea para los actuales problemas medioambientales", dado su elevado coste y la necesidad de comprobar todavía cómo afectan estos biorreactores al agente contaminante y al medio natural en el que se introduzcan. De hecho, las bacterias comepetróleo desarrolladas en laboratorio siguen despertando desconfianza y sólo se han usado de forma experimental, y no en las grandes mareas negras de los últimos años. A lo más que se ha llegado ha sido en la catástrofe del Exxon Valdez en Alaska (1989), donde se experimentó el uso de nutrientes para facilitar el desarrollo y la acción de determinmadas bacterias que degradan los hidrocarburos, pero ya presentes en el medio, sin introducir ninguna nueva.

Producción a gran escala

Rafael Pérez Mellado, investigador del Centro Nacional de Biotecnología y coordinador de estas jornadas desde que comenzaron hace siete años, destaca que en esta ocasión se ha puesto especial énfasis en la necesidad de que haya un diálogo más fluido entre la biología molecular y la química industrial, "para que pueda haberuna optimización de los descubrimientos en su producción a gran escala". Sobre los recelos que entre la sociedad despierta la biotecnología, Pérez Mellado señala que el problema está en la falta de información: "Hay que quitar los miedos irracionales. Decirle a la gente, por ejemplo, que ahora se están comiendo quesos en los que ha intervenido la biotecnología y que no pasa nada. La industria de derivados lácteos se ha desarrollado espectacularmente gracias a la transformación de microorganismos que intervienen en los procesos fermentativos, los mejoran y hacen más rápidos".En esta relación entre biotecnología y medio ambiente, Pérez Mellado destacó también el prometedor futuro del empleo de bacterias en la depuración de aguas residuales, que ya se ha empezado a hacer y que en países como Israel está muy avanzada la técnica para destinar esas aguas a los regadíos.

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