Los vecinos de Soto del Real intentaron aguar la fiesta

Cerca de un centenar de vecinos de la comarca de Soto del Real, donde se construye una polémica cárcel, se concentraron ayer a las puertas del palacio de Maudes mientras se celebraba la recepción del Gobierno regional en el Dos de Mayo. "¡Salid, contra la opresión!" gritaba una de las manifestantes. Pero una cadena de policías antidisturbios evitó que los concentrados se introdujeran en la fiesta de la Comunidad, a la que les había invitado el alcalde de Soto, el centrista Eladio Navarro. "Queremos canapés", demandaban los vecinos.

Tras 45 minutos de protesta, Navarro, que había declinado la invitación del presidente Joaquín Leguina para asistir a la recepción, ordenó a sus vecinos: "Vámonos, no vaya a ser que se les indigeste la comida y la bebida". Sin embargo, los manifestantes siguieron gritando sus consignas: "Leguina, sal y sé valiente. Menos banquetes, respeta nuestras leyes".

En la entrada a la finca donde se construye la cárcel, el alcalde de Soto había leído dos horas antes su decreto del pasado 10 de noviembre para recordar que las obras siguen paralizadas". Varias unidades de la Guardia Civil vigilaron los movimientos de los vecinos. Navarro aseguró que la cárcel se encuentra en una zona de "alto valor agropecuario" y culpó al Gobierno central de la "imposición del penal", a su vez "consentida por la Comunidad de Madrid".

El recinto penitenciario de Soto se encuentra en el límite del Parque Regional de la Cuenca Alta del Manzanares, una zona que ha sido declarada "reserva de la biosfera por la Unesco", recuerdan constantemente los vecinos. El Ayuntamiento de Soto contrató dos autobuses del Consorcio Regional de Transportes para trasladar a los vecinos desde las obras del penal hasta el palacio de Maudes.