Felipe González pide en Badajoz la movilización de los socialistas "porque la derecha puede ganar"
El secretario general del PSOE y presidente del Gobierno, Felipe González, comenzó ayer la precampaña de su partido con un mitin multitudinario en Badajoz, en el que pidió la movilización de todos los socialistas "porque la derecha puede ganar" las elecciones. Tras reconocer por primera vez una posible derrota en las urnas, González lanzó ante las 10.000 personas que acudieron al mitin el mensaje de que sólo otro Gobierno socialista con "experiencia" puede garantizar "estabilidad" para afrontar la crisis económica, en contraposición a la "insolvencia" que atribuye a las propuestas del PP. "Que la derecha diga qué va a hacer, que enseñe si tiene algo en las manos para ofrecer, porque está claro que tiene las manos vacías", dijo.
El líder socialista aprovechó su primer mitin de la precampaña para anunciar que si gana las elecciones impulsará un pacto social con empresarios y sindica tos para afrontar la crisis. También anunció una ley para garantizar la transparencia de los par tidos políticos, porque, dijo, "estoy harto de insultos". La ley, añadió, será de tal envergadura "que algunos no podrán seguir y se quedarán en el camino".
Las propuestas las dejó para el final de su intervención que se prolongó durante algo más de una hora. González se atrevió a proponer ayer un pacto social después de que en las últimas semanas se hubiera mostrado remiso a ello, por temor a que tanto sindicatos como empresarios le dieran una negativa de entrada. González explicó que el pacto conllevaría "ahorro en rentas salariales y empresariales, ahorro para invertir y crear más empleo".
Felipe González no mencionó ni una sola vez al Partido Popular ni a su presidente, José María Aznar, sino que sus múltiples referencias a esa formación política las resolvía llamándoles "la derecha". La atmósfera de aclamación personal hizo que el jefe del Ejecutivo hablara repetidamente en primera persona y no olvidó agradecer a los ciudadanos que le hubieran permitido con los votos el privilegio de ser el presidente del Gobierno de España. "Tenéis mi compromiso para trabajar y para hacer lo que España necesita, pero no lo tenéis para el mero hecho de mantenerme en el sillón ni un minuto, además de que esto es bastante ingrato y no es un camino de rosas".
"Detrás de la mata"
González intercalaba lo que considera logros de su Gobierno con ataques a la derecha, por lo que presumía que harán si ganan las elecciones: "Ya está bien de estar detrás de la mata, tiene que decir qué es lo que quiere hacer. Tiene qué decir qué es lo que quiere privatizar para que los ciudadanos lo sepan y si es la sanidad, que lo digan".
El candidato socialista señaló que la derecha no podría devolver al sector privado ninguna empresa que hubiera sido nacionalizada por este Gobierno, ya que no lo había hecho nunca. "Ha sido al contrario, el sector público ha tenido que arreglar la ruina de muchos sectores privados".
Felipe González solicitó a la derecha que se presente "con su verdadero rostro", dado que los jóvenes se pueden confundir y les pidió a estos que pregunten a sus padres y a sus abuelos cómo era la España de 15, 20 o 30 años atrás. González, todavía con el recuerdo cercano del mal trago que le hicieron pasar el 25 de marzo estudiantes de la Universidad Autónoma de Madrid, reconoció que los más jóvenes sólo le habían conocido a él como presidente del Gobierno y comprendió que pudieran estar "hartos" de la misma cara. Por ello, una y otra vez apelaba a los mayores para que dieran testimonio de cómo estaba este país años atrás.
Estos recordatorios le daban pie para dar cifras sobre la sanidad, la educación, los kilómetros de carreteras, siempre con el añadido de que ahora se trataba de seguir con los mismos proyectos para mejorarlos.
Además de todo esto, González se mostró convencido de que los ciudadanos hasta ahora votaban a los socialistas porque "habían devuelto la dignidad a un pueblo".
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