"Me persigue una inseguridad tremenda"
Después de una carrera de éxito como modelo, Andie MacDowell, de 31 años, ha completado con acierto su transición al cine. Sus interpretaciones en Sexo, mentiras y cintas de vídeo o Matrimonio de conveniencia hablan por sí solas de la historia de amor entre la cámara y esta belleza del Sur "perseguida por una inseguridad tremenda", según dice, por el temor a ser considerada sólo una cara guapa incapaz de actuar. Su última película es una comedia romántica, Groundhog day, de Harold Ramis, protagonizada por Billy Murray. La actriz viajará a España en los próximos días para presentar este nuevo trabajo.
La primera mirada de Andie MacDowell confirma al más escéptico que las modelos de las revistas realmente existen. Su morena melena en cascada y sus ojos castaños transmiten la sensación de que la chica de L'Oreal ha salido de la foto y contesta las preguntas con voz delicada, cruzando sus interminables piernas sobre el sofá. Tras varios años de modelo en París y Nueva York, decidió dar el salto al cine, eso sí, guardando las distancias con Hollywood. Vive instalada en Montana junto a su marido, también ex modelo, y sus dos hijos.A los 20 años firmó un contrato con la agencia Elite y se trasladó a Nueva York. "Fue mi forma de escapar de casa, dejar atrás una madre alcohólica y, sobre todo, alejarme del Sur. Vivir en el Sur puede llegar a ser enfermizo. Luego descubrí que el mundo de la moda no era mejor. Un montón de gente esnifando cocaína; decidí dejarlo todo, pero la agencia me envió a París y allí las cosas mejoraron algo".
De vuelta en Nueva York, tras protagonizar la campaña publicitaria de L'Oreal, Andie MacDowell decidió probar en el cine. "Pasar de modelo a actriz es el peor de los caminos posibles. La gente te considera una cara guapa, pero incapaz de actuar. Yo notaba lo que la gente pensaba de mí cuando hacía pruebas para algún papel; lo peor es, cuando se confirman tus peores temores".
Temores confirmados poco después, cuando tras interpretar su primer papel importante, como la aristócrata Jane amante del Tarzán de Greystoke, el director decidió que su voz no era apropiada y se contrató a Glenn Close -para doblarla. "Creo que desde aquello me persigue una inseguridad tremenda. Por ejemplo, recuerdo que cuando rodaba Matrimonio de conveniencia, dirigida por Peter Weir y con Gerard Depardieu, tenía la impresión de que en cualquier momento me iban a despedir y contratar otra actriz. Además estaba absolutamente impresionada por el talento de ambos. Y, sin embargo, todo funcionó de maravilla Depardieu es una lección de honestidad y modestia. Nada que ver con las estrellas americanas, trabajar con él es un placer; todos los problemas usuales para elegir maquillador, vestuario, cosas así, con él no existen".
Reprimida esposa
Pero el personaje que asentó su carrera como actriz fue el de la reprimida joven esposa de Sexo, mentiras y cintas de video, en 1989. "Fue mi oportunidad para matar los fantasmas que me perseguían por haber crecido en el Sur. En aquel personaje se concentra toda la enfermiza manera de entender el sexo que tienen en el Sur. Allí te enseñan que el sexo es algo sucio, mientras que para los chicos es sólo algo que tienen que conseguir a cualquier precio. El resultado es ese tipo de mujer reprimida y frustrada. Lo más curioso es que desde entonces la gente tiende a considerarme a mí personalmente como una réplica de aquel personaje. Y nada más lejos de la realidad. Me parezco más al personaje de Laura San Giacomo (su hermana en la película). En mi juventud fui bastante promiscua, sin llegar a niveles escandalosos, pero definitivamente el sexo para mí no era algo despreciable".Pero los papeles interesantes para mujeres del estilo de Andie MacDowell no abunda en el cine americano. Ella acompaña una cierta imagen de princesa de cuento con la sofisticación de su belleza, lo que la encasilla en personajes más pasivos que activos, más la presa del héroe que la mujer agresiva. "De cada 60 guiones que leo, en uno hay un personaje de mujer que contenga cierto interés. En el caso de Groundhog day, lo que me decidió a aceptar fue pensar que podría ser una comedia muy divertida, al tiempo que romántica".
En la cinta, Bill Murray encarna a un hombre del tiempo castigado a revivir un día de su vida en un diminuto pueblo americano que detesta. La desesperación y el amor por el personaje de Andie MacDowell logran cambiar su carácter.
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