Suya es la huelga, mía no

Madrid vive la segunda huelga de servicios municipales del año. Las dos tienen puntos en común: son conflictos entre las empresas contratadas por el Ayuntamiento -las que recogen las basuras y las que barren 14 distritos- y sus trabajadores, que cumplen tareas cruciales para la vida de Madrid. Sindicatos y oposición acusan al gobierno municipal, gran defensor de la gestión privada, de lavarse la manos aprovechando que los litigantes son contratas.

Una de las primeras visitas que recibieron los concejales de José María Álvarez del Manzano en la plaza de la Villa -corría octubre de 1991- fue un batallón de mujeres que blandían escobones y delantales al grito de "Armendáriz, maruja, eres una bruja". Aquellas señoras ganaban una media de 67.000 pesetas al mes. Su patrón no era la concejal de Servicios Sociales, Ana María García Armendáriz, sino seis empresas contratadas por ella para asistir a domicilio a 5.000 ancianos. Por aquella época, los jardineros, también privatizados, no regaban.La concejal dijo: "Esto es un conflicto laboral en el que no debemos interferir". Después transcurrieron 38 días de una huelga marcada por la muerte, por inanición, de dos viejos que estaban, en teoría, atendidos por los servicios mínimos. Han pasado casi dos años y cosas muy parecidas han dicho los compafieros de Armendáriz.

En 1993 le ha tocado a Esperanza Aguirre, una entusiasta confesa de la privatización. "El Ayuntamiento no es parte en el conflicto", dijo cuando las bolsas de basura inundaban las calles de Madrid después de tres días de paros. Como en otras ocasiones, llovieron las críticas de los sindicatos CC OO y UGT y de la oposición.

Los cambios del alcalde

Quizá las voces han hecho mella: hace un año, el alcalde decía que estos conflictos son privados y aseguraba que al ciudadano le da igual que su autobús fuese público o no. "Lo que quiere es que sea bueno y puntual". El gobernante se había mostrado firme para ganar el conflicto de la EMT, que dejó sin autobuses durante dos meses a los madrileños.

Luego se privatizaron dos polideportivos para abaratar la gestión, pero las clases de natación cuestan tres veces más. Ahora, las aceras se han inundado de basura y de papeles por las huelgas público-privadas. Durante el conflicto de la recogida de basura, el alcalde dijo en una entrevista que el Ayuntamiento se encontraba fuertemente afectado. Sin embargo, horas antes Álvarez del Manzano no asistió a la reunión de mediación que convocó el delegado del Gobierno, Miguel Solans. Ya al final, cuando la salud de los madrileños empezaba a correr peligro, el alcalde se entrevistó con los dos litigantes y la huelga terminó.

Esta semana, con los paros de los barrenderos que limpian 14 distritos, se repiten las actitudes municipales y las críticas. "El Ayuntamiento saca balones fuera", dice el principal partido de la oposición, "pero es el responsable del servicio de limpiezas". Aguirre contesta: "El PSOE quiere la solución fácil que tomó en 1989, cuando se comprometió con la patronal de estos mismos trabajadores a que iba a pagar las aspiraciones de los empleados. Eso fue a costa del contribuyente". Mientras, el delegado del Gobierno ha vuelto a conseguir que las dos partes de la huelga se hayan sentado en la misma mesa.

Eliminar la porquería que generan los madrileños cuesta un riñón, 22.715 millones, mil más de lo que cuesta mantener los 5.000 agentes de la Policía Municipal. La mayor parte de este dinero se evapora en pagar a las empresas privadas encargadas de estas tareas. Pero Esperanza Aguirre, la titular del área, quiere traspasar los pocos servicios municipalizados que le quedan. Mantuvo las contratas heredadas (recogida de basuras, alcantarillado, barrenderos ... ), convirtió las empresas mixtas de los jardineros en privadas, y en el próximo pleno piensa rematar desprendiéndose del capital municipal de una empresa de depuradoras, la única que no estaba en manos privadas.

Claro que Aguirre no es la única que ha puesto un logotipo en su vida -"la gestión privada cuesta la mitad", dice-, aunque sí es quien ha tenido más huelgas Gardineros, basuras y barrenderos). El primer teniente de alcalde, Luis María Huete, creó el teléfono de información 010, que está atendido por una firma de telemercadotecnia con el compromiso de ir formando a varios funcionarios para que, en el futuro, sustituyeran al personal de la empresa. Pero a Huete se le olvidó tal detalle y este año, de nuevo, entrarán los privados. Y el concejal de Deportes, José Gabriel Astudillo, está encantado con sus dos polideportivos privatizados. Dice que le cuestan 69 millones en vez de 600. Ahora piensa en meter a las federaciones deportivas a gestionar más.