Una niña y ocho adultos mueren por la explosión de un coche bomba en Bogotá

Una niña de siete años, Marta Liliana Téllez, y ocho adultos murieron ayer por la tarde en el exclusivo barrió de El Chicó, al norte de Bogotá, a causa de la explosión de un coche bomba, el séptimo de la ola terrorista desatada por los narcotraficantes en lo que va de año en la capital colombiana.

El atentado causó también 48 heridos, destruyó 26 automóviles y causó daños en bancos, joyerías y diversos establecimientos comerciales y edificios residenciales, en un área de cuatro manzanas a la redonda del lugar de la explosión."Mi hija quedó dentro del auto, ayúdenme a salvarla", gritaba desesperado un hombre en medio de la confusión y el humo que produjo la explosión del automóvil cargado con 50 kilogramos de dinamita. Instantes después, el padre de Marta Liliana comprobó con estupor que su pequeña estaba muerta.

Desde el 21 de enero, cuando estalló el primer coche bomba de la última ola de violencia en la capital colombiana, han muerto 50 personas a consecuencia de estallidos de vehículos cargados de explosivos. El número de herido sobrepasa los 200.

"Yo he acompañado a centenares de víctimas pero no termino de acostumbrarme. El panorama es desolador; tratamos de recoger rápidamente los escombros para que la ciudad no sienta tanto el impacto", declaró a la radio Cadena Nacional Germán Arias, secretario de Gobierno de la capital y coordinador de las operaciones de salvamento.

A diferencia de anteriores atentados, cuando las autoridades acusaron inmediatamente al aparato terrorista del fugitivo narcotraficante Pablo Escobar, la explosión del coche bomba ayer no fue atribuida inicialmente al cartel de Medellín.

Sin embargo, la acción se relacionó con el rechazo que produjo un anuncio del Ministerio de Justicia sobre el próximo traslado de los 20 lugartenientes de Escobar recluidos en la cárcel de Itagüi, en el noroeste del país, a diferentes penales en diversas ciudades.

Roberto Escobar, alias Osito, hermano de Pablo Escobar, y otros 19 destacados miembros de los aparatos militar y de finanzas del cartel de Medellín, quienes se entregaron voluntariamente a la justicia, exigen su permanencia en la cárcel de Itagüi, donde presuntamente sería recluido el jefe fugitivo, en caso de que se rinda o sea capturado.