Contribuyente resignado
Como ciudadano de a pie y contribuyente resignado, quedo amargamente sorprendido cuando leo que una importante cantidad de dinero se va a utilizar en una encuesta, puerta a puerta, para conocer equívocos y así paliarlos.Los trabajadores de la siderurgia, los mineros, toda la marcha hecha por los agricultores, los más de tres millones de parados, los claros casos de corrupción no aclarados, los damnificados por la presa de Tous y, en fin, una lista interminable que podría nombrar si el espacio me lo permitiera, con esta resolución, reciben el mayor desprecio del que pueden ser objeto, ya que, si tienen que preguntar, una de dos, su problema no merece la pena o no vale la pena considerar dicho problema. En fin, todo termina con pena, que, aunque es una aflicción, en este caso se convierte en una inflación de falta de competencia.-
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