Clinton frena una propuesta de sus expertos para usar la fuerza en Bosnia
Un grupo de 26 expertos norteamericanos enviados a Bosnia-Herzegovina por el presidente de Estados Unidos para evaluar la situación de los civiles atrapados en la guerra se ha visto obligado a suavizar su recomendación inicial en la que urgía al presidente, Bill Clinton, a considerar la intervención militar para poner fin al sufrimiento de la población, según un informe al que ha tenido acceso The New York Times.En el borrador del informe se recomienda asimismo la creación de zonas de seguridad para civiles, protegidas por una fuerza internacional, y un reforzamiento de la acción militar con el fin de alcanzar un doble objetivo: asegurar la llegada de la ayuda humanitaria y acallar la artillería serbia utilizada en los asedios de las ciudades.
A pesar de ello, el grupo retiró hace una semana del informe preliminar la recomendación del uso de fuerza, debido a las directrices en vigor, pues el uso de. la fuerza va en contra de la política actual estadounidense en Bosnia. Este texto fue presentado al Congreso en un encuentro a puerta cerrada.
Esto ha generado discrepancias internas. Mientras un alto cargo confirmó estas recomendaciones y subrayó que la misión del grupo no era establecer una nueva doctrina sobre la intervención en Bosnia, sino estudiar las necesidades de ayuda, otro miembro de la misma Administración recuerda que el equipo tenía carta blanca y considera que la reacción oficial pretende "matar al mensajero".
El texto asegura que la principal amenaza que se cierne sobre los musulmanes bosnios no es el hambre, sino los continuos ataques de las milicias serbias contra áreas pobladas, que han causado la muerte a numerosos civiles y obligado a huir a otros muchos a las montañas en medio de durísimas condiciones climatológicas.
Reforzar el papel militar
"Incluso el mejor programa humanitario", dice el texto del informe, "tendrá una utilidad limitada en tanto no se refuercen las medidas destinadas a acabar con el conflicto o, al menos, a desviar sus efectos sobre la población".
La propuesta de crear unas zonas de seguridad, en las que la fuerza militar occidental pueda utilizarse para proteger a los civiles, ha causado consternación en los altos niveles de la Administración, pues ello implicaría la utilización de tropas terrestres y el uso de aviones para poner fin a los ataques serbios.
El informe de los expertos llega en un momento clave para la Casa Blanca. Los serbios bosnios han rechazado el plan internacional de paz, elaborado por los mediadores de la ONU, Cyrus Vance, y de la Comunidad Europea, David Owen, y los ataques contra ciudades como Srebrenica, Zepa y Tuzla prosiguen. La Administración de Clinton se encuentra en pleno debate interno sobre cuál debe ser el paso siguente en la crisis de los Balcanes.
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