Yeltsin anula subidas de precios para ganar votos en el referéndum
El presidente ruso, Borís Yeltsin, ha tomado una serie de medidas populistas para ganar votos en el próximo referéndum del 25 de abril, en el que se juega el todo por el todo, pues si pierde ha prometido dimitir. Las medidas populistas de este fin de semana incluyen la anulación de la subida del precio de la gasolina (que en Moscú había sido cercana al 100%) y de los alquileres de las viviendas (un 1.000%), además de un decreto que aumenta al doble el sueldo mínimo."Debemos ganar el referéndum. De lo contrario, la sociedad será lanzada muchos años atrás en su desarrollo", manifestó ayer Yeltsin en una reunión con los pensionistas, de claro carácter preelectoral. Las promesas y los regalos no podían faltar. El presidente prometió dar 1.500 millones de rublos a la organización de los jubilados para crear nuevos puestos de trabajo y ordenó al Banco Central que trabaje los siete días de la semana ininterrumpidamente para agilizar los pagos de los nuevos sueldos y pensiones. Yeltsin dijo que está dispuesto a pagar extra a los funcionarios del banco que realicen esta labor en días festivos, "incluso con dinero del fondo presidencial".
"Rusia se encuentra ante una elección decisiva, que observa toda la Humanidad. Moscú se ha convertido en uno de los principales centros donde se resuelve el destino del mundo y del siglo XXI", declaró el viernes Yeltsin ante los representantes del cuerpo diplomático extranjero en Moscú. El presidente ruso subrayó la necesidad de conservar la unidad del país, pues si se permite que surja "un conglomerado de Estados débiles", entonces "la energía de la desintegración destruirá todo en su camino".
Factor nuclear
"No sólo destruirá las reformas rusas, sino que también desestabilizará la situación en todo el mundo, pues es prácticamente imposible que en estas circunstancias no entre en acción el factor nuclear", advirtió Yeltsin a los diplomáticos extranjeros, haciéndoles ver la necesidad de apoyar las reformas en Rusia para evitar que se convierta en realidad este terrorífico cuadro.
Mientras Yeltsin pedía el apoyo a los diplomáticos, el jefe del Parlamento, Ruslán Jasbulátov, su enemigo número uno, exhortaba a los diputados de los sóviets locales, reunidos en Moscú, a que votaran contra el presidente en el próximo referéndum del 25 de abril. Jasbulátov dijo a los diputados que es necesario votar contra la "terapia de choque" que ha hundido al pueblo en la pobreza y la desesperación y acusó a los yeltsinistas de divulgar ,"una mentira monstruosa" al afirmar que los rojopardos (la alianza de nacionalistas y comunistas) pueden restaurar "el sistema dictatorial".
El vicepresidente ruso, Alexandr Rutskói, por su parte, reconoció ayer la quiebra de sus relaciones con Yeltsin y dijo que es "imposible" llegar a un acuerdo con el presidente antes del referéndum del 25 de abril.
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