Los pescadores de la CE piden a la Comisión que bloquee las importaciones

Las organizaciones de agricultores y de armadores de buques de pesca de la Comunidad Europea han reclamado esta semana ante la Comisión la aplicación de drásticas medidas de control y limitación de las importaciones de productos procedentes de terceros países. Los agricultores se oponen al preacuerdo de la CE y Estados Unidos, en el marco del GATT, por el que la Comunidad se compromete a abrir su mercado interior hasta un mínimo del 5% en el consumo de cada producto. La Asociación Europea de Organizaciones de Productores de Pesca solicita, incluso, el cierre de fronteras en productos como anchoa, sardina y merluza.

Más de un millar de embarcaciones españolas del sector de bajura participaron ayer en el segundo día de paro en demanda de soluciones para resolver el problema de bajos precios que afecta especialmente a la sardina, la anchoa y el jurel. Según fuentes de la Administración, las importaciones de anchoa el año pasado para la industria conservera fueron de 10.000 toneladas y 50.000 de sardinas. Los armadores reclaman el cierre de estas importaciones y el establecimiento de normas de calidad que impidan el libre acceso al mercado español para la industria conservera de esas especies procedentes sobre todo de Chile, Argentina, la antigua URSS y Marruecos. Los pescadores han indicado su decisión de endurecer sus posiciones si no se produce una respuesta a sus reivindicaciones.Las movilizaciones españolas coinciden con las que mantienen los pescadores de otros países europeos desde hace días, en ocasiones con enfrentamientos con las fuerzas de orden público.

Los problemas de bajos precios e importaciones afectan también en España a la pesca de altura, donde operan todos los barcos congeladores. La Asociación Europea de Organizaciones de Productores en la que se halla integrada la Cooperativa de Armadores de Vigo, considerado como el puerto base de esta flota, ha planteado a la Administración comunitaria la necesidad de aplicar drásticas y urgentes medidas contra la importación desde terceros Estados. Los productores reclaman, entre otras medidas, la prohibición temporal de las importaciones de pescado procedente de Rusia, Chile, Noruega y Suecia, la imposición de tasas mínimas, cuotas de importación y mayores controles sobre la calidad de los productos. En el caso de Chile -uno de los mayores exportadores hacia España-, las importaciones han pasado de 18.000 toneladas en 1986 a más de 60.000 toneladas el año pasado.

La Comunidad Europea aprobó el pasado 25 de febrero un reglamento por el que se fijaban los precios de referencia (como mínimos de entrada) para cinco especies en fresco y congelado (bacalaos, carboneros, merluza y eglefino y rape). El 25 de marzo entró en vigor otro reglamento para aumentar el control sobre los desembarcos.

Para José Ramón Fuertes, director gerente de la Cooperativa de Armadores del Puerto de Vigo, son dos medidas positivas pero insuficentes. Los armadores españoles reclaman que los precios mínimos se apliquen también en las importaciones de cefalópodos y que los controles se hagan igualmente sobre la pesca que llega a España vía aérea y en barcos mercantes.

Problemas con manzanas

En el caso del sector agrario, los productores de manzana de toda la Comunidad han realizado varias jornadas de protesta especialmente en Francia, Holanda, Bélgica y Dinamarca contra las importaciones. En España, las protestas han sido organizadas por la Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos (COAG), especialmente en Zaragoza y Cataluña.Según los responsables de COAG, sería necesario un cierre de las importaciones y, como mal menor, mayores controles y facilidades para la retirada de excedentes.

Este año, la Comisión ha negociado un cupo para importar 500.000 toneladas desde países como Chile, Brasil, Nueva Zelanda o Argentina. Para los agricultores, se trata de una cantidad excesivamente elevada mientras el sector tiene los precios hundidos. En España, los agricultores que guardaron su producción en cámara frigorífica el pasado otoño, deben abonar por gastos de conservación unas 20 pesetas por kilo, el mismo precio que se les ofrece ahora en el mercado por el producto.

Para los responsables de COAG, lo sucedido con la manzana se puede repetir a corto plazo con otras producciones como las peras, así como con otros cultivos.