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París celebra la pasión de Picasso por los toros con una exposición

"Si no hubiera sido pintor, me hubiera gustado ser picador", solía decir Pablo Picasso. Al artista malagueño le encantaba la fiesta de los toros, e incluso durante su largo exilio en Francia era un asiduo de las corridas de Arles y Nimes. Ahora, el Museo Picasso de París recuerda esa pasión con una exposición consagrada a las numerosas obras del artista inspiradas en la tauromaquia. La muestra, que permanecerá abierta hasta el próximo 28 de junio, ha sido inaugurada por Jacques Toubon, el gaullista que acaba de suceder a Jack Lang en el Ministerio de Cultura.Toubon, un hombre nacido en Niza hace 52 años, de rostro redondeado y ojos azul claro, adopta la voluntad de tranquilizar a la opinión pública que caracteriza al primer ministro, Edouard Balladur. Las primeras declaraciones del sucesor de Lang han estado consagradas a asegurar que él continuará las obras de la Gran Biblioteca de Francia, el último de los monumentos que el presidente François Mitterrand piensa legar a la posteridad, y a prometer que no cerrará la controvertida Opera de la Bastilla.

"Soy un firme partidario de la vieja tradición francesa de encargo público en materia de arquitectura, música y artes plásticas", afirma Toubon. Ese mensaje de este jurista que adora la ópera y está casado con una excelente coleccionista de pintura contemporánea va dirigido a los creadores que temían que, tras los años de las vacas gordas de Lang, se cerrara el grifo de las subvenciones oficiales.

Toubon tendrá que aplicar la consigna general de austeridad de Balladur, pero, según afirma, lo hará en el espíritu de André Malraux, el escritor y amigo del general De Gaulle que creó el primer Ministerio de Cultura francés. Sus críticas contra su predecesor se centran en el "faraonismo" y "parisianismo" que, dice, han caracterizado a Lang.

Relaciones fecundas

El primer acto presidido por el nuevo ministro ha sido la de la exposición Toros y toreros -en castellano en el original- del Museo Picasso de París. Los promotores de la muestra afirman que es "la más completa" jamás realizada sobre las relaciones del autor del Guernica con la tauromaquia. Y eso que esas relaciones fueron fecundas, puesto que Picasso, aficionado desde su niñez, comenzó su carrera dibujando escenas de corridas.En la obra taurina de Picasso destacan los múltiples trabajos dedicados al enfrentamiento entre el caballo y el cornúpeta, un tema que para él simbolizaba la oposición entre el mal y el bien, entre la luz y la sombra, sin que nunca llegara a saberse de qué lado se inclinaba el artista. De hecho, esta oposición era para Picasso una pesadilla nutrida de fantasmas eróticos.

La exposición coincide con el 20º aniversario de la muerte del artista malagueño y, una vez clausurada su etapa parisiense, viajará a Bayona y luego al Museo Picasso de Barcelona.

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