Muere en Madrid a los 88 años el dramaturgo Joaquín Calvo Sotelo
El académico y escritor fue uno de los autores de mayor éxito de la posguerra
El autor teatral, escritor y académico de la Lengua Joaquín Calvo Sotelo fue uno de los dramaturgos de mayor éxito en la posguerra. Una de sus obras, La muralla, llegó a sobrepasar en esa época las cinco mil representaciones y se publicó en 15 ediciones. Además de sus piezas teatrales, fue un activo articulista periodístico, de gran ironía y verbo incisivo. Su paso por televisión, con un programa sobre el refranero español, lo hizo un personaje popular y apreciado por el gran público. Joaquín Calvo Sotelo falleció anoche en Madrid a los 88 años, después de una larga enfermedad.
,Joaquín Calvo Sotelo escribió cerca de sesenta obras de teatro, muchas de ellas comedias. El dramaturgo murió anoche en Madrid, tras una larga enfermedad, según dieron a conocer fuentes de la familia. Calvo Sotelo llevaba enfermo desde hace algo más de un año, pero sus situación se agravó en los tres últimos meses.Hijo de Pedro Calvo Camina, que fue juez y presidente de la Audiencia Provincial de Madrid, Joaquín Calvo Sotelo nació en La Coruña el 5 de marzo de 1905. Fue hermano del político monárquico José Calvo Sotelo, asesinado en 1936, y tío del ex presidente de Gobierno de UCD Leopoldo Calvo Sotelo.
Inició su actividad literaria en la adolescencia, tanto en el campo del periodismo como en el del teatro. Su primer dinero lo ganó enviando un artículo a la revista Buen Humor, por el que le pagaron cuatro duros de plata, y pese a su amplia y variada trayectoria en diferentes campos ligados a la vida intelectual y a la administración diversos organismos relacionados a ella, cultivó siempre cierta predilección por el optimismo y el sentido de la ironía.
Obtuvo el título de abogado en la Universidad de Madrid y ganó por oposición el de abogado del Estado. La primera obra que estrenó fue A la tierra: kilómetro 500 mil (1932), en Barcelona. A esta siguieron El rebelde, estrenada en Madrid en 1933 y El alba sin luz, estrenada en Buenos Aires en 1937. Desde entonces, Calvo Sotelo continuó su labor teatral y mantuvo un ritmo constante de un estreno por año en las carteleras hasta mediados de los años 70.
Sus obras teatrales fueron principalmente comedias de situación, que huían del teatro psicológico y pretendían un acercamiento al ser humano, desde cierta perspectiva humorística.
Entre sus grandes éxitos figuran piezas como La muralla, que batió todos los récords del teatro de la posguerra, con cerca de cinco mil representaciones. Fue también la primera obra de denuncia en las carteleras del teatro español de la época. Otras de sus obras conocidas son La visita que no tocó el timbre (1950), Historia de un resentido (1956), Proceso al arzobispo Carranza (1964) y El inocente (1968).
Independiente
Joaquín Calvo Sotelo obtuvo el Premio de Teatro Jacinto Benavente en dos ocasiones, y la Real Academia le otorgó dos veces el premio Piquer. En 1958 fue galardonado con el Premio Nacional de Literatura por su obra Una noche de lluvia.
Ingresó a la Real Academia de la Lengua en 1955, donde ocupó el sillón l, y a lo largo de su vida desempeñó también los cargos de Secretario General del Instituto Nacional del Libro (1939-1942), Presidente de la Sociedad General de Autores de España (1963-1969) y Presidente del Círculo de Bellas Artes (1960-1979).
Su obra periodística quedó reunida en tres libros: Muerte y resurección de Alemania, Nueva York en retales y Diez temas musicales en una vida.
Leopoldo Calvo Soltelo, ex presidente de Gobierno de UCD y sobrino del dramaturgo fallecido, en una semblanza de la vida de su tío, indicó ayer que fue ante todo un dramaturgo y un cronista. En la primera faceta, Calvo Sotelo recuerda su pertenencia a la generación teatral de la posguerra, y los estrechos vínculos que mantuvo con Miguel Mihura, el humorista Tono y el cineasta Edgar Neville, "con quienes compartió una actitud renovadora del teatro por la línea del humor y del ingenio".
En cuanto a sus centenares de colaboraciones con la prensa, Leopoldo Calvo Sotelo destaca la independencia de sus comentarios y crónicas. El político señala que Joaquín Calvo Sotelo apareció en los años 50 en la vida política del régimen de Franco al presentarse a unas elecciones municipales con la candidatura monárquica, al lado de Torcuato Luca de Tena, Joaquín Satrústegui y Juan Manuel Fanjul. El gran número de votos que recibieron, aunque no ganaron, supuso "un acto de adhesión tremendo a las personas no propuestas por el régimen".
En la década de los setenta presentó y dirigió en televisión el programa La bolsa de los refranes, que obtuvo gran popularidad. Con él pretendía divulgar y recuperar el refranero español, al que él se refería como "folclor filosófico".
En marzo de 1980 se jubiló en el cargo de miembro del Tribunal de Cuentas y desde entonces se dedicó a hacer proyectos de programas de televisión, nuevas comedias y una biografía de su hermano José Calvo Sotelo. A pesar de la enfermedad siguió trabajando hasta dos semanas antes de morir, y en su máquina de escribir quedó un folio con un texto inconcluso.
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