Condenada por abusar sexualmente de un taxista y robarle
Es una "historia casi boccaciana", según los magistrados. Inés C., prostituta de 34 años, ha sido condenada a un año de prisión. por agresión sexual a un taxista de 24 años. Los hechos ocurrieron en las afueras de Valencia el pasado verano y la acusada fue absuelta en primera instancia. Ahora, la Audiencia de Valencia ha estimado el recurso del fiscal y considera que Inés amenazó al taxista y le obligó, entre otras cosas, a que la penetrara parcialmente. Luego le robó la recaudación, por lo que ha sido condenada a otro año de prisión.Inés paró un taxi a las cuatro de la madrugada del 14 de julio de 1992. Indicó al taxista que la llevara a la calle de Tirant lo Blanc y allí descendió para hablar por el interfono de un patio. La mujer volvió a subir al vehículo y se sentó en el asiento delantero. Entonces pidió ser llevada hasta el barrio de Benimaclet y, cuando el taxi circulaba por una zona de huerta, colocó su bolso "a la altura de la cabeza" del taxista. Inés dijo a su víctima que le iba a pegar un tiro con la pistola que llevaba en el bolso.
La sentencia continúa: "Le mandó que se sacase su órgano viril, cosa que hizo ella misma y, tras manosearlo un rato, se sentó sobre él después de haberse desnudado ella misma y mandar al taxista que se pasase él al asiento de la derecha, y estuvo rozando con sus partes íntimas el miembro del varón introduciéndolo parcialmente en la vagina".
Posteriormente, la mujer se vistió, "salvo las bragas negras, que metió en el bolso", y obligó a su víctima a continuar el trayecto. Inés no llevaba pistola, pero sí un cuchillo que mostró al hombre para robarle la recaudación, de 11.000 pesetas.
El agredido pidió ayuda por el radiotaxi y varios taxistas acudieron con sus vehículos al lugar. Uno de esos taxistas llevaba a Inés como ocupante y la víctima le reconoció. La policía fue alertada y acudió inmediatamente. Los agentes le ocuparon un cuchillo, las 11.000 pesetas y unas bragas negras en el bolso.
"La historia casi boccaciana es posible y creíble dados los datos que aporta el denunciante", reflexionan los magistrados. Se le encuentra el cuchillo y las bragas negras en el bolso, lo que concuerda con la versión del taxista, explica la sentencia. Además, se la detiene "en las proximidades del lugar y va vestida como él decía", concluye la resolución judicial. Los magistrados también recuerdan que entre la víctima y la agresora no existía relación alguna lo cual desvirtúa cualquier "sombra" sobre una "denuncia por resentimiento". El juez de primera instancia absolvió a Inés por considerar que se trataba de la palabra de uno contra la de la otra.
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