Los países latinoamericanos temen un aumento del proteccionismo y el desvío de ayudas a Rusia

Los temores de los países latinoamericanos a que los beneficios que debían derivarse del trabajo de saneamiento de sus economías choquen ahora con el proteccionismo de las naciones industrializadas se acentuaron ayer en Hamburgo, tras conocerse que Larry Summers, el subsecretario del Tesoro norteamericano, no asistirá a la 34ª reunión anual del Consejo de Gobernadores del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), en contra de lo que se había anunciado. La postura de la nueva Administración de Washington hacia sus vecinos del sur seguirá, por el momento, siendo una incógnita.

Dada la indefinición del presidente Bíll Clinton con respecto a Latinoamérica, la presencia de Summers en Hamburgo era esperada como un bálsamo que permitiera acallar las voces de quienes aseguran que, por razones estratégicas, las necesidades de capital para Rusia dejarían vacías las arcas para Latinoamérica. La ausencia del único hombre que en estos momentos hubiera podido explicar los planes de EE UU puso de nuevo en evidencia el problema al que se enfrentan estos países, que tras el duro ajuste que les ha permitido iniciar un ciclo de crecimiento económico, se encuentran con que los países occidentales atraviesan una recesión y acentúan sus políticas proteccionistas.

[Ayer tarde, después de que varias delegaciones latinoamericanas expresaran en privado su malestar, un asistente de Larry Summers, James Fall, declaraba, en improvisada rueda de prensa, que la ausencia de Summers se debe a que ha recibido el encargo de trabajar en la preparación de la cumbre que celebrarán en Vancouver los presidentes de EE UU y Rusia. "Esto no refleja, de ninguna manera, una pérdida de interés por Latinoamérica, subrayó Fall, según informa Efel.

El presidente del BID, Enrique Iglesias, dibujó en su discurso inaugural un panorama esperanzador para los países latinoamericanos, que parecen haber salido ya del destructivo proceso en que se enfangaron durante la década anterior. La deuda ha dejado de ser impagable, la inflación empieza a estar controlada y, en su conjunto, el continente ha tenido un crecimiento económico de un 3% durante el año pasado. Pero el precio a pagar ha sido muy alto. "La pobreza en nuestra región se agravó en el último decenio", dijo Iglesias, para asegurar que el nivel adquisitivo de los latinoamericanos había retrocedido al que tenían hace 13 años, y que "a los pobres tradicionales" se les ha agregado una legión de "nuevos pobres formada por los obreros y empleados que perdieron su trabajo a causa de la reconversión industrial y del ajuste".

Para lo que sería la segunda fase del proceso de saneamiento, Iglesias propone una mayor racionalización de los gastos de los gobiernos que debe incluir cortes en los presupuestos militares heredados de una época de intromisión del Ejército en la política.