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Empresas de Aida Álvarez fueron usadas para la doble contabilidad del PSOE en 1989

Empresas vinculadas a la ex coordinadora de finanzas del PSOE Aida Álvarez mantuvieron relaciones económicas irregulares entre sí y con el aparato de finanzas del partido durante el año electoral de 1989, presuntamente destinadas a esconder una doble contabilidad de las elecciones, según los inspectores de Hacienda encargados del peritaje del caso Filesa. Ese periodo coincidió con la expansión de las empresas de Aida Álvarez en otros terrenos: asesoramiento a la multinacional Siemens -cuando ésta buscaba contratos para el AVE-, negocios inmobiliarios con el Banco Árabe Español y otros.

Las relaciones económicas del grupo de Aida Álvarez con el PSOE se establecieron con el gerente de las campañas socialistas, Ramón Moreda, cuyo nombre consta en numerosos documentos del sumario instruido por el juez Marino Barbero. Moreda era el número dos de finanzas, a las órdenes de Guillermo Galeote, que fue el dirigente encargado de resolver la financiación de la doble campaña de aquel año 89 -europeas y legislativas- realizadas tras el bache de su partido por el enfrentamiento con los sindicatos y los rumores de dimisión de Felipe González.El juez Barbero ha encontrado alguna evidencia documental de la conexión entre el aparato financiero del PSOE y la empresa Distribuidora Express 2020, una de las vinculadas a Aida Álvarez.

Así, el gerente de la dirección federal del PSOE, Ramón More da, recibió cartas en la sede federal de Ferraz, procedentes del propietario del edificio de Gobelas, dirigidas alternativamente al "PSOE" o a "Distribuidora Express 2020", con el mismo domicilio de Ferraz y a la atención de idéntica persona, Ramón Moreda. Copias de dos de esas cartas figuran reproducidas en esta página.

Dicho indicio, que aisladamente tiene un valor discutible -podría deberse a un error material-, se añade a los movimientos de dinero investigados por los peritos del caso Filesa, según los cuales la empresa de Aida Álvarez fue presuntamente usada como cobertura de una doble contabilidad o de financiación ilegal, al haber pagado el elegante edificio en el que se estableció el comité electoral de los socialistas.

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En 1989, Distribuidora Express facturó al PSOE un total de 249 millones de pesetas, lo cual representa el 92% de la cifra de negocio de aquella empresa durante el ejercicio. Sin embargo, la citada entidad no percibió realmente una gran parte de ese dinero, según las conclusiones de los inspectores de Hacienda que han estudiado dichos movimientos financieros.

La contabilidad se encuentra plagada de irregularidades y presuntas falsedades. Por ejemplo: de la factura número 38 / 89, girada por Distribuidora Express 2020 al PSOE, existen dos versiones. La encontrada por el juez en las oficinas de la empresa carece de fecha de emisión y el concepto expresado en ella es por el alquiler e instalaciones de la primera planta del tantas veces mencionado edificio de Gobelas. Sin embargo, otra versión de esta misma factura, que obraba en poder del Tribunal de Cuentas, sí que lleva fecha (31 de julio de 1989) y refleja un concepto distinto al anterior.

Más extraño aún es el pago de las facturas números 37 al 40, también del año 1989. Desde el 29 de agosto hasta el 4 de septiembre se produjeron una serie de cargos y abonos sucesivos en la cuenta R-00991 del Banco Árabe Español, de la que era titular Distribuidora Express, que "no responden a operaciones económicas realizadas", según los peritos. A su juicio, se produjo un montaje destinado a hacer figurar en la contabilidad de Distribuidora Express 2020 el cobro al PSOE de las cuatro facturas, por un importe global de 70 millones, sin que esa cantidad haya sido efectivamente recibida del partido. Al Tribunal de Cuentas le habían dicho que las cuatro facturas se pagaron por caja.

Tampoco coinciden la contabilidad reflejada en la documentación de caja de 1989, incautada en la sede del PSOE, y el libro mayor de caja de ese año, remitido por el Tribunal de Cuentas. Mientras el procedente de la sede del PSOE no presenta cuantías elevadas, como suele ser normal en la caja de cualquier entidad, el saldo del libro mayor de caja remitido por el Tribunal de Cuentas es muy elevado a partir del 15 de junio de 1989, llegando a alcanzar los 60 millones de pesetas; hasta que el 20 de diciembre se pagan, según la contabilidad del PSOE, dos facturas a Distribuidora Express por importe de 55,2 millones de pesetas, quedando el saldo de caja muy reducido a partir de esa fecha.

Para los peritos encargados del caso Filesa, estos extraños movimientos tienden a ocultar que Distribuidora sufragó el coste del edificio donde se instaló el comité electoral del PSOE.

El gerente del partido, Ramón Moreda, no ha podido ser localizado por este periódico en los últimos días. Aida Álvarez nunca ha contestado a las llamadas realizadas en varios meses.

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