Pinkerton y CIA
No sólo las feministas amenazan al Dorothy Chandler Pavilion. También los porteros de Hollywood han manifestado que encabezarán una protesta a las puertas del edificio, debido a que el Music Center, al que pertenece el Pavilion, ha contratado personal externo para la ceremonia. Tampoco se descarta la posibilidad remota de que el IRA trate de romper el acto, sulfurado por el retrato poco favorable que de su organización hace el filme Juego de lágrimas.
Pero la principal preocupación viene de la reciente explosión de una bomba en el Wold Trade Center: "¿Elegirá el terrorismo internacional un acto televisado a un billón de personas para hacer volar a Hollywood?". La hipótesis ha requerido que el habitual despliegue de agentes con artillería ligera, se enriquezca con un cursillo acelerado de detección de terroristas barbudos, basado en el perfil del terrorista de los servicios secretos israelíes.
Jerry Moon, jefe de seguridad a cuyo cargo trabajan medio millar de policías fuera de servicio, distribuyó retratos de posibles atacantes, que se suman en el bolsillo de sus agentes a las fotos de fans obsesivos habituales. Como en El guardaespaldas, las estrellas e invitados de postín acuden protegidos por sus respectivos gorilas y, además, como cada año, hombres de la famosa agencia Pinkerton -a la que perteneció Dashiell Hammett antes de dedicarse a la literatura- refuerzan el dispositivo de seguridad más provisto de glamour del mundo.
El propio Moon, hombre de mediana edad, cabello cano y sonrisa afable, parece -pese a su gran envergadura física- un galán de cine envejecido y en el papel de padre de la novia. Y sus colaboradores hacen discretamente su labor. Este año se está considerando que las celebridades, habitualmente exentas de pasar por el control de detectores de metales, se sometan a la criba, como todo el mundo.
Babelia
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