En 30 años se duplicaron los divorcios en Europa y se dispararon los hijos fuera del matrimonio
Los europeos se casan cada vez menos y más tarde. Desde 1960, la tasa de nupcialidad en la CE ha bajado de 7,8 matrimonios por cada 1.000 habitantes a 5,9, y la edad media de la primera boda ha pasado de 25,6 años para los hombres y de 23 para las mujeres a los actuales 27,3 y 25 años, respectivamente. Además, en ese tiempo, la tasa de divorcios se ha duplicado y se han disparado los nacimientos fuera del matrimonio. ¿Indican estos datos que la familia europea está en proceso de desintegración? Ésta es una de las principales preguntas a las que deben responder los 500 políticos y expertos reunidos desde hoy en la Conferencia Europea de la Población en Ginebra (Suiza).
Los participantes en esta conferencia, organizada por Naciones Unidas y el Consejo de Europa, y que sirve de preparación para la conferencia internacional sobre población y desarrollo que se celebrará en 1994 en El Cairo, discutirán el sentido que tiene hoy la familia en un informe titulado Fertilidad y familia, presentado por el experto francés Louis Roussel, del Instituto Nacional de Estudios Demográficos de París.En este estudio se afirma que entre 1960 y 1980 el índice de fertilidad en Europa descendió desde 2,5 hijos por mujer hasta por debajo de dos hijos (para que exista un nivel de reemplazo generacional se exige 2,1 hijos por mujer). Sólo Irlanda y Suecia superan entre los países significativos, el nivel de reemplazo en estos momentos. En España el número medio de hijos por mujer se sitúa en 1,23 en 1992 (1,27 en 1991). Roussel señala que sólo la mitad del descenso de las tasas de fertilidad se puede atribuir a la utilización de las nuevas técnicas de control de natalidad. La otra mitad se debe a la elección que hacen los padres de tener un menor número de hijos que antes por razones económicas, sociales, educativas, hedonistas, por la progresiva incorporación al trabajo de la madre o por otras razones. Todo ello indica, además, un cambio en el modelo familiar dominante hasta hace muy poco tiempo.
Matrimonios tardíos
En relación con la familia, según los últimos datos de Euroestat en 1992, los europeos se casan menos y a una edad cada vez más tardía. La tasa de nupcialidad en la CE ha bajado de 7,8 matrimonios por cada 1.000 habitantes en 1960 a 5,9 en los cinco últimos años. Por otra parte, el promedio de edad de la primera boda, que a mediados de los años setenta era de 25,6 años para los hombres y de 23 para las mujeres, se sitúa ahora en 27,3 años para los varones y en 25 para las hembras. En España la edad promedio de la boda de los hombres es de 26,7 años y la de las mujeres es de 24,5 años.
En los últimos 30 años la tasa de divorcios se ha duplicado o triplicado en Europa y se ha registrado un importante crecimiento de cohabitación y de nacimientos fuera del matrimonio, especialmente en las zonas del norte y del oeste. Estos cambios de forma de practicar la vida en común reflejan también un cambio de actitud en el funcionamiento, incluso en los objetivos de la familia.
Los valores y creencias, en especial los religiosos que daban legitimidad a la regulación de la institución familiar, han perdido en gran medida su impacto y ello se ha notado en el abandono de ciertos tabúes como el de la fertilidad.
"Los Gobiernos deberán tener en cuenta", señala el demógrafo francés, "que ahora las parejas europeas intentan hacer compatible el tener no más de (los hijos con alcanzar y satisfacer la propia felicidad de los padres". El número deseado de hijos no es un obstáculo en relación con otras metas de carácter emotivo, económicas y de satisfacción social.
¿Se encuentra por tanto la familia europea en proceso de desintegración? "No parece que sea el caso", dice el demógrafo Roussel, "porque se preservan los valores esenciales del núcleo familiar como vehículo transmisor de los valores personales y culturales de siempre. Por eso Europa debe favorecer la permanencia de la familia, debe intentar restaurar el prestigio de la familia dándole a ésta mayores y más directas responsabilidades en la gestión de los recursos sociales".
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.