_
_
_
_

La CE acoge con satisfacción el aplazamiento de las sanciones comerciales norteamericanas

Lluís Bassets

El viaje de Jacques Delors a Washington y su encuentro con el presidente Bill Clinton se han saldado con un éxito político, según la valoración que realizan fuentes próximas al presidente de la Comisión Europea. El aplazamiento de las sanciones comerciales que iban a entrar en vigor mañana, lunes, conseguida in extremis por Delors, constituye el signo positivo que esperaba la Comisión Europea para cambiar el tono de las relaciones comerciales entre Washington y Bruselas. Aunque la Comisión no quiere lanzar las campanas al vuelo, existen serias expectativas de que el comisario de Comercio, Leon Brittan, a quien le toca ahora terminar la jugada, consiga cerrar definitivamente el paso a la temida guerra comercial.

La CE tiene una semana de tregua, conseguida por Delors, para preparar el encuentro del 29 de marzo entre Kantor y Brittan, de cuyo resultado dependerá la entrada en vigor de las sanciones o el principio de una negociación seria que tiene como horizonte la conclusión de la Ronda Uruguay del GATT. El comisario Brittan, que fue ministro de Comercio e Industria con Margaret Thatcher entre 1985 y 1986, es un apóstol del libre comercio y de la desregulación, que aplicó sus ideas a fondo en los últimos cuatro años como comisario de la Competencia. Nadie en Washington puede acusarle de proteccionismo.Brittan cuenta con complicidades en la propia Administración norteamericana y utiliza el lenguaje pragmático y eficaz propio de los negociadores anglosajones. Su gran desafío político es conseguir que termine la Ronda Uruguay del GATT, para lo que es imprescindible evitar la guerra comercial con Estados Unidos y avanzar de nuevo en las negociaciones en Ginebra. La tarea no es fácil dado el calibre de su antagonista, el embajador Kantor, un abogado y lobbista que no tiene pelos en la lengua, como demuestra una frase suya reciente, citada en un comentario editorial del Wall Street Journal a propósito de las sanciones ahora aplazadas: "Los europeos chillan como cerdos atascados en una reja".

La hora de Brittan ha llegado en el momento menos esperado. El presidente de la Comisión, Jacques Delors, que desea aparecer como la máxima autoridad europea, se encontró metido en un auténtico lío a propósito de su entrevista con Clinton. Todo parecía que iba a conducir a un fracaso estrepitoso: Delors se había ido de viaje, en parte para evitar el trago amargo de la últlma semana de la campaña electoral francesa. Había escogido su continente olvidado, América Latina, y más concretamente Argentina, Chile y México, con un final en Washington, con entrevista en la Casa Blanca.

Pero algo, posiblemente intencionado, vino a perturbar su calendario: Kantor suspendió unilateralmente el encuentro de técnicos de ambas administraciones, programado para el pasado lunes, antes de la entrada en vigor de las sanciones. Delors no tenía así otro remedio más que intentar arrancar algo de Washington, so pena de convertir su viaje en un fracaso político estrepitoso. A última hora del viernes, una agencia llegó a anunciar el adelanto de las sanciones, como respuesta a las gestiones de Delors. Al fin, el presidente de la Comisión obtuvo la tregua y un aliento de esperanza.

La CE desea evitar la técnica del salchichón, consistente en discutir y cerrar acuerdos comerciales con Estados Unidos en cada uno de los terrenos de confrontación. La Comunidad ni tiene las armas comerciales que posee Estados Unidos ni hay consenso entre sus socios para efectuar acciones de represalias o amenazas para forzar la mano en cada una de las partidas en juego.

Bruselas, en cambio, puede obtener muchos puntos en una negociación global, en la que las concesiones en un ámbito pueden quedar compensadas mediante ventajas en otro.

Si se tiene en cuenta el contenido del comunicado emitido conjuntamente por Delors y Kantor, las dos partes concuerdan en tomar el camino de la negociación global.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Lluís Bassets
Escribe en EL PAÍS columnas y análisis sobre política, especialmente internacional. Ha escrito, entre otros, ‘El año de la Revolución' (Taurus), sobre las revueltas árabes, ‘La gran vergüenza. Ascenso y caída del mito de Jordi Pujol’ (Península) y un dietario pandémico y confinado con el título de ‘Les ciutats interiors’ (Galaxia Gutemberg).

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_