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EL REFERÉNDUM DE I. U.

Sí, no y todo lo contrario

Los vecinos de Centro se oponen al proyecto de Oriol, pero reclaman soluciones para la plaza

Juan Antonio Carbajo

Miguel de Oriol lleva 10 años trabajando en su proyecto para "dignificar la plaza de Oriente". Este arquitecto, vecino de la zona, dice: "Sé muy bien lo que opina la gente de aquí". Paco Herrera, portavoz de la coalición Izquierda Unida en el Ayuntamiento de Madrid y convocante del referéndum, también sabe, después de la consulta, lo que piensan los vecinos. El arquitecto cree que la gente reclama, su proyecto y el portavoz de IU lo considera rechazado. En realidad, los vecinos se inclinan por todo lo contrario.

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Purificación Hernán-Gómez votó sí, pero no estaba de acuerdo con todo el proyecto. "Estoy conforme con salvar la fachada del palacio de la contaminación [mediante el túnel previsto para que el tráfico discurra subterráneo en Bailén], pero lo de abajo [aparcamientos para autocares y automóviles] no lo queremos nadie". Enrique Moral, conductor profesional, votó no y sin embargo quería que se construyera el estacionamiento para autocares. "Lo que no veo lógico es el aparcamiento para los coches. Se va a colapsar el centro".Así las cosas, el sí y el no a la reforma de la plaza de Oriente, la alternativa a la que se ceñía el referéndum, se quedaron demasiado constreñidos para las ganas de opinar que tenían los vecinos. "Cuando se incentiva a la gente, suele reaccionar muy bien", comentaba ayer Herrera.

Los madrileños del barrio de palacio habrían rellenado con gusto un cuaderno de sugerencias. Alguno hubo, ante tal imposibilidad, que introdujo una cuartilla escrita a mano con sus ideas: "Hay un solar en la calle de Bailén que se puede dedicar a viviendas sociales", escribió un votante, camino de los cerros de Úbeda.

"Yo tengo más problemas para aparcar en Malasaña, donde trabajo, que aquí. El aparcamiento no justifica de ninguna manera la reforma", decía Juan Carlos Santos, consultor, quien votó un rotundo no.

"Estoy encantada de vivir en el centro, pero hay que quitar los coches de la plaza. Tendría más vida". María Teresa, enamorada de, la zona desde hace 26 años, votó sí. Everilda López dijo no: "Yo no quiero que cambien la plaza. Allí he paseado a mis nietos".

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"Necesitamos aparcamientos, aunque no estoy de acuerdo con todo el proyecto. Pero el resto es un mal rnenor". Este vecino, con 30 años de residencia en la zona, dijo sí.

Dos monjas votaron

Nadie pudo precisar, sin embargo, el sentido del voto de dos monjas de la orden Hijas de María, que emitieron su papeleta, con total discreción, en la mesa ubicada en un hotel. "Hay que valorar la participación del clero", comentó luego Herrera.Algunos vecinos, antes de votar, preguntaban si lo podían hacer a favor de la reforma. "Es difícil encontrar partidarios de la reforma que se acerquen a votar", comentaba un participante anónimo, que matizó: "Apruebo el proyecto aunque no haya votado al PP en las elecciones". Su problema es el aparcamiento, que tiene onerosamente solucionado con una plaza de garaje en alquiler. Ana, vecina del barrio, se lamentaba: "Como no estoy censada no he podido votar". Pero lo tenía muy claro: "El proyecto de Oriol se carga la zona, aunque también es cierto que los coches se nos suben encima".

El referéndum tuvo sus anécdotas: una clienta del mercado de San Miguel, acostumbrada a ver pedigüeños por la zona, preguntó: "¿Y esto para que es?". "Para la plaza de Oriente, señora", le dijeron. Y respondió: "Pues sí que van a sacar mucho".

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