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Morteros serbios disparan contra civiles delante de los 'cascos azules'

Granadas de mortero procedentes de las posiciones serbias cayeron ayer sobre un grupo de civiles musulmanes de la localidad de Konjevic Polje, en Bosnia oriental, donde se hallaba retenido un convoy de Naciones Unidas y los once cascos azules británicos que los escoltaban. "Hay 16 muertos y seis niños de cinco años se encuentran gravemente heridos; a dos de ellos la explosión les ha arrancado las piernas de cuajo", aseguró ayer nerviosamente el comandante Martin Waters desde el cuartel general británico de Vitez.Tras el ataque, el convoy y los soldados británicos decidieron abandonar Konjevic Polje, cuyos habitantes, unos 3.000, les obligaron a pasar allí la noche del jueves ante el temor a las represalias de las milicias serbias una vez que los miembros de la ONU hubieran dejado el lugar. El jefe del convoy, Alan Abraham, aseguró ayer sin embargo que nunca se sintió un rehén.

En la misma zona de Bosnia, el comandante de las fuerzas de la ONU en esta ex república yugoslava, Philippe Morillon, sufría ayer una situación parecida en Srebrenica, donde llegó el jueves para comprobar su situación: decenas de civiles le impidieron anoche salir hacia Zvornik, donde Morillon intentará arrancar el permiso serbio para que un convoy humanitario traspase el cerco de Srebrenica.

Esta localidad fue el objetivo de los alimentos y las medicinas lanzados en la noche del jueves por aviones Hércules estadounidenses. Los lanzamientos aéreos de ayuda humanitaria sobre Bosnia oriental que los rusos tenían previsto comenzar ayer se iniciarán en breve, aunque aún no hay fecha, aseguró un portavoz del Ministerio ruso de Exteriores.

La promesa de Milosevic

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Por otra parte, el presidente serbio, Slobodan Milosevic, prometió ayer a su anfitrión, el presidente francés François Mitterrand, y a los mediadores en el conflicto bosnio, Cyrus Vance y lord Owen, que intentará convencer a los serbios de Bosnia para que acudan a la nueva sesión de negociaciones, la próxima semana en Nueva York. A cambio, Milosevic solicitó el levantamiento del embargo internacional en contra de Serbia.

"Hicimos avances importantes", manifestó lord Owen. Sin embargo, el presidente yugoslavo, Dobrica Cosic, aseguró que los serbios de Bosnia no pueden aceptar los mapas desfavorables a sus intereses. "Si Radovan Karadzic: y otros políticos serbios suscriben los mapas, no podrían volver a Bosnia". El ultranacionalista Vojislav Seselj advirtió a Milosevic: "Nadie tiene derecho a aceptar el ultimátum de Vance y Owen en nombre del pueblo serbio".

Entre tanto, en Sarajevo comenzó ayer el primer proceso contra un criminal de guerra serbio, juzgado por su participación en la limpieza étnica en pueblos musulmanes. Borislav Herak, un obrero de 22 años, reconoció haber matado a 30 personas, doce de ellas mujeres que habían sido previamente violadas.

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