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El padre del Rey sufre la crisis más grave desde que su salud entró en fase terminal

Don Juan de Borbón sufrió a las seis de la mañana de ayer la crisis más grave de estos últimos días. Durante media hora, un importante desequilibrio de la presión sanguínea produjo un empeoramiento de su estado que seis horas después los doctores no se atrevían a evaluar en el comunicado que se ofreció a los medios de comunicación. La nota, firmada por los doctores García-Tapia, Moncada y Azanza, informaba de que don Juan se recuperó espontáneamente y que sus constantes vitales habían vuelto a aquella hora a la normalidad.

"La larga duración del desequilibrio hemodinámico', señalaban sin embargo los doctores en la nota que difundieron durante la mañana, "hace pensar en un mayor deterioro que no podrá ser evaluado completamente hasta pasadas unas horas".

El parte médico leído por la portavoz de la Casa del Rey las diez de la noche no era más tranquilizante: "A lo largo de las últimas horas don Juan de Borbón ha presentado cifras bajas de las constantes vitales que, aunque sin irregularidades significativas, suponen un empeoramiento de su situación. Don Juan permanece en el mismo estado de sosiego". Como en las jornadas anteriores los Reyes y el resto de la familia real presente en Pamplona -las infantas Pilar y Margarita y el marido de ésta, doctor Carlos Zurita—-abandonaban la Clínica Universitaria de la capital navarra pasadas las diez de la noche y se dirigieron hacia su hotel para descansar.

A las cinco de la tarde llegó a la Clínica Universitaria de Navarra el presidente del Gobierno, Felipe González. El presidente viajó a Pamplona una vez terminado el Consejo de Ministros celebrado en Madrid para despachar con el Rey, en una sesión que se inscribe dentro de los contactos regulares que mantienen el jefe del Ejecutivo y el del Estado, y visitar a don Juan.

Felipe González fue recibido por el Rey en la puerta de la clínica frente a la cual se había congregado gran cantidad de público, que aplaudió mientras los dos personajes posaban para los fotógrafos. Se escuchó algún grito de "Aúpa. Felipe". El Rey y el presidente del Gobierno recibieron también los aplausos del público que llenaba el vestíbulo del citado centro hospitalario.

La entrevista se desarrolló en una de las habitaciones que están a disposición de la familia real en la planta sexta de la clínica, contigua a la que ocupa don Juan. El despacho de Felipe González ante el Rey obligó a retrasar la habitual reunión informativa que la portavoz de La Zarzuela celebra a las cinco de la tarde.

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Resistencia física

Tras el despacho con don Juan Carlos y después de visitar brevemente a don Juan en su habitación. Felipe González compareció unos minutos ante los periodistas que permanecen a las puertas del centro sanitario. González dijo que los médicos que atienden a don Juan "están asombrados de la resistencia física de una persona que no tiene ayuda especial y que resiste por su propia naturaleza con dignidad y una gran tranquilidad". "Estoy a disposición del Rey para venir a Pamplona cuantas veces sean necesarias dijo tras reiterar que durante estos días está en permanente contacto telefónico con el Rey.

El jefe del Gobierno añadió que "cuando se produzca el fallecimiento de don Juan será España entera y las autoridades las que le rendirán el homenaje que se merece".

Los Reyes y demás miembros de la familia real que se han desplazado hasta la capital navarra permanecieron durante todo el día en la clínica. Llegaron sobre las 11 de la mañana y almorzaron en el comedor privado del centro médico, La reina Sofía protagonizó el pasado jueves una nueva anécdota —que la agencia Servimedia difundió ayer— cuando apareció de improviso en la cafetería reservada a los empleados de la clínica y preguntó por la jefa del servicio, Mancheli Unzué, que celebraba su 49 cumpleaños. La Reina le cogió la mano derecha y, tras colocarle varias cerillas, le dijo: "Te voy a hacer un truco". Después de encender ella misma las cerillas, le cantó el Cumpleaños feliz, que corearon todos los presentes.

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