Y en abril, los referendos

El límite razonable del Gobierno actual y de la vida política activa de Giuliano Amato es el próximo 18 de abril, fecha en la que los italianos irán a las urnas para participar en 10 referendos que afectan, parcialmente, al futuro de las instituciones del Estado.Incluso los partidos que apoyan al Gabinete han hablado explícitamente de ese límite, tras el cual preferirían un Gobierno institucional, quizás dirigido por el actual presidente de la Cámara, Giorgio Napolitano, o el del Senado, Giovanni Spadolini, y que se encargaría únicamente de conducir el país hasta las elecciones generales, previstas para el otoño.

La fecha del 18 de abril ha adquirido así cierto carácter mágico, como si fuese a traer plena claridad a los urgentes problemas italianos. Sin embargo, nada es más improbable.

Entre la decena de referendos -acerca de la legalización de la droga, la supresión del Ministerio de Obras Públicas o de las ayudas económicas al sur, por ejemplo-, hay dos que sí afectan a cuestiones esenciales de la reforma del Estado: el que se propone abolir la actual ley de financiación de los partidos y el que afecta a aspectos del nombramiento de senadores y de la elección indirecta de los alcaldes.

Sin embargo, según la Constitución italiana, los referendos sirven sólo para derogar. En virtud de estas iniciativas que arrancan de hace dos años, cuando las contradicciones del sistema político aún no habían estallado, el 18 de abril los italianos derogarán el actual sistema de financiación de la política y la proporcionalidad en la elección de senadores. Pero no podrán dar criterios de sistemas sustitutivos.

La palabra sobre las reformas seguirá, así, en manos de los partidos que hasta ahora han demostrado escasa disposición y capacidad para legislar algo nuevo. La ex comunista Nilde Iotti, que participó en la elaboración de la Constitución de 1948, fue nombrada ayer presidenta de la comisión bicameral encargada de las reformas, que de haber avanzado en sus trabajos habría impedido la celebración de estos referendos que llegan con retraso.