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Fuerte descalabro del SPD alemán y avance de la extrema derecha en los comicios de Hesse

Las predicciones sobre los resultados de las elecciones locales del Estado de Hesse, convertidas en el barómetro de la situación política en Alemania, fracasaron rotundamente. La abstención, como estaba previsto, fue muy alta (28,7%), pero el derrumbe de los socialdemócratas, dominadores de este land, fue sorprendente. Los primeros resultados otorgan al SPD en torno a un 36,5% de los votos, lo que significa un descenso de más de siete puntos. El anunciado aumento de la extrema derecha de los Republikaner, menor de lo esperado, se concreta en un irritante 8,3% de los votos y casi un 10% en Francfort.

El voto de extrema derecha, aunque importante, queda por debajo de lo previsto y más aún de lo esperado por el estado mayor Republikaner, que confiaba en superar ampliamente el 10% en todo el land.De hecho, el partido del antiguo oficial de las SS Franz Schönhuber se hace con el legado del neonazi Partido Nacional Alemán (NPD) y otros grupúsculos extremistas, que en las anteriores elecciones de 1985) obtuvieron cerca de un 5% de los votos. Pero estos partidos, estigmatizados ahora como reacción a la ola de violencia racista por su afición a la parafernalia, han debido dejar paso a los más respetables Republikaner, que huyen como del diablo de cualquier referencia al nazismo.

Pero, aunque queden lejos del 10% que obtuvieron hace casi un año en las elecciones regionales de Baden Würtemberg, más significativas que unos comicios locales, su presencia no deja de ser irritante y un signo claro, junto al -gran aumento de la abstención, que pasa de un 2l,9% en 1989 hasta un 33% insólito en Alemania, del descontento popular con los grandes partidos tradicionales. En Francfort, por ejemplo, el centro financiero del país y la ciudad más internacional de Alemania, los reps obtienen un 9,7% y diez escaños. Aunque la presencia de la extrema derecha en el ayuntamiento no es nueva; el NPD ya obtuvo en 1989 un 7,7% y dispuso durante cuatro años de seis escaños para envenenar la política local.

Los comicios de ayer son el único barómetro político hasta que el próximo mes de diciembre se inicie una maratón de 19 citas con las urnas que culmina con unas elecciones generales.

Buen resultado del CDU

El esperado voto de castigo contra los democristianos (CDU) del canciller Helmut Kohl, en unas elecciones que se habían convertido casi en un referéndum sobre su gestión, fue mucho menor del esperado. La CDU, según los primeros resultados, sólo pierde dos puntos con respecto a los comicios de 1989, al obtener, en todo el land, en torno al 32% de los votos, y gracias a la caída socialdemócrata consigue incluso hacerse con el Gobierno de algunas ciudades.Los liberales (FDP), sus socios en Bonn, consiguen una ligera subida de menos de un punto, lo que les permite superar la barrera psicológica del 5%, el porcentaje mínimo para obtener representación parlamentaria.

No debiera parecer que los resultados de los partidos de la coalición que gobierna en Bonn pudieran permitir al canciller Helmut Kohl una lectura, optimista de estas elecciones, dado que ya en 1989, la CDU había alcanzado el punto más bajo. Pero el derrumbe del SPD ha cambiado completamente el panorama político de los conservadores que, en los últimos días, parecían esperar estas elecciones como la horca.

El mejor ejemplo de la catástrofe socialdemócrata son los resultados de las tres principales ciudades del land. En Kassel, la segunda en importancia, pierde un 22% de los votos y deberá ceder el gobierno a los democristianos. En Francfort la caída es de un 8,4% y podría significar el fin

de la coalición con Los Verdes, los auténticos triunfadores de estas elecciones, y forzar al SPD a gobernar con los democristianos. En Wiesbaden pierden un 14,7% y también el gobierno.

Si los socialdemócratas pagan duramente su indecisión y sus tácticas Filibusteras a nivel nacional, todo lo contrario sucede con los Verdes. El partido ecologista, que ya gobernaba junto con el SPD en numerosas ciudades y distritos de Hesse, es el que más crédito político obtuvo en la consulta de ayer.

Tras quedar fuera del Bundestag en las últimas elecciones generales, Los Verdes acabaron con el enfrentamiento entre los llamados realos, el ala más pragmática, y fundis, los elementos más radicales e intransigentes, que abandonaron el partido, han probado ahora su capacidad de gestión en varios Gobiernos regionales y se confirman como un partido dispuesto a entrar en el Gobierno en Bonn. Suben más de dos puntos, hasta conseguir el 11% de los votos, lo que les convierte en la tercera fuerza política del land y, probablemente, de toda Alemania, y un aliado imprescindible para el SPD.

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