Rojo se niega a suavizar la política monetaria frente a oposición, patronal y sindicatos

El gobernador del Banco de España, Luis Ángel Rojo, afirmó ayer con la mayor rotundidad su rechazó a suavizar la política monetaria por medio de la reducción de los tipos de interés. Rojo hizo estas manifestaciones en un momento en que la peseta lleva una semana sufriendo fuertes ataques de los especuladores y mientras crecen las voces de la oposición, patronal y sindicatos en demanda de la reducción de los tipos de interés y la salida de la divisa española del Sistema Monetario Europeo.

Luis Ángel Rojo, que aseguró que contaba con el apoyo unánime del consejo del Banco de España, se mostró frontalmente contrario a aplicar una política expansiva porque "aliviaría muy poco los problemas en el corto plazo y los agravaría muy considerablemente en el medio plazo con resultados netamente desfavorables".El gobernador, que compareció ayer en el Congreso de los Diputados, manifestó: "Hay siempre la tentación de ceder al espejismo de la huida hacia adelante", y añadió: "Quiero expresar aquí la convicción unánime del consejo del Banco de España de que una reducción de tipos de interés alentaría muy poco la producción y el empleo en el corto plazo, contribuiría a reforzar la inercia de los costes salariales y su traslación a los precios, y obstaculizaría la mejora de la inflación y la competitividad".

La posición más crítica a la actual política monetaria fue formulada ayer por José Folgado, director de economía de la organización patronal CEOE, quien se mostró partidario de la reducción de los tipos de interés y de sacar a la peseta del SME, como paso previo a la aplicación de un plan de estabilización.

El líder del Partido Popular, José María Aznar, pidió ayer la comparecencia expresa del presidente del Gobierno, Felipe González, en el Congreso para discutir la política monetaria. En relación con la difícil situación de la peseta, Aznar afirmó: "No nos complace nada la situación actual a quienes durante mucho tiempo hemos venido diciendo que mantener un tipo de cambio artificialmente alto era un suicidio para la economía española, pero este Gobierno ha metido al país en una situación extraordinariamente grave y difícil".

La peseta logró recuperar su fortaleza ayer, sobre todo tras una fuerte intervención del Banco de España, al inicio de la tarde, que devolvió a la divisa española hasta las 71,80 pesetas por marco, lejos de las 73 pesetas a las que llegó a caer el lunes.

El gobernador no quiso especificar cuántas reservas se había gastado el banco emisor en sus intervenciones de las últimas semanas, pero fuentes del mercado apuntan la cifra de más de 800.000 millones de pesetas.

El mercado de la deuda, por su parte, vivió ayer una jornada de desconcierto que provocó importantes fluctuaciones en los precios.

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