Matilde Fernández, atacada con huevos en Cantabria
Un grupo de unas 20 personas, al parecer, relacionadas con la empresa Sniace, atacaron ayer con huevos a la ministra de Asuntos Sociales y diputada por Cantabria, Matilde Fernández, que estaba almorzando en un restaurante de Celis, en el Ayuntamiento de Rionansa (Cantabria), con el delegado del Gobierno en la región, diversos cargos públicos y militantes socialistas. Según la Delegación del Gobierno, un policía de la escolta de la ministra esgrimió su pistola reglamentaria para proteger a la ministra.La ministra se hallaba ayer recorriendo la zona de Lamason y Herrerías, al oeste de Cantabria, y al mediodía almorzaba en Célis. Según la Delegación del Gobierno, a los postres una veintena de personas, entre ellas un fotógrafo, consiguió entrar en bar Casa Jandro -que ayer estaba cerrado al público- donde estaba la ministra.
Una vez en el salón, insultaron a los reunidos, les lanzaron huevos y, según la Delegación del Gobierno, varios de ellos se precipitaron sobre la ministra, lo que motivó que uno de los escoltas sacara su arma.
Junto a Matilde Fernández había unas 50 personas, entre ellas el delegado del Gobierno, Antonio Pallarés; el secretario general del PSOE cántabro, Jaime Blanco, y el portavoz Socialista en la Asamblea Regional, Miguel Ángel Palacios. Tras la agresión, el grupo abandonó la zona en varios automóviles.
Matilde Femández, que hoy continuará su visita por Cantabria, hubo de lavarse el rostro y los cabellos en los servicios del restaurante, lo mismo que hicieron otras personas igualmente alcanzadas por la lluvia de huevos. La ministra Rosa Conde fue informada por teléfono sobre lo ocurrido y alertada inmediatamente la Guardia Civil. Sin embargo, los desconocidos habían desaparecido cuando los agentes se personaron en Celis.
La Delegación del Gobierno ha iniciado una investigación para detener a los agresores. Éstos, miembros posiblemente de los llamados comandos de apoyo a Sniace, lanzaron frases relativas a la situación de la papelera de Torrelavega, donde un millar de obreros se hallan encerrados desde hace más de un mes.
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