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La exposición 'El sombrero de tres picos' reúne a Picasso y Falla

La obra escénica del artista se exhibirá en Barcelona y Madrid

Pablo Picasso, el músico Manuel de Falla y el coreógrafo Leónidas Massine bajo la dirección de Serguéi de Diaghilev con sus Ballets Russes trabajaron juntos en 1919 para poner en escena la obra El sombrero de tres picos. El Museo Picasso, de Barcelona exhibe a partir del 24 de febrero y hasta el 25 de abrid los dibujos picassianos para la escenografía y vestuario de la obra, documentación y fotografías de su montaje y una ambientación sonora con la música de Falla. La exposición procede del Musée des Beaux Arts de Lyón y, después de Barcelona, podrá verse, ampliada, en la Fundación March de Madrid.

La exposición El sombrero de tres picos se centra en 68 dibujos y bocetos pictóricos que Pablo Picasso realizó para el montaje coreográfico de Massine, que se estrenó en Londres el 22 de julio de 1919, protagonizado por el propio Massine y por Tamara Karsávina. La mayor parte de las piezas procede del Museo Picasso de París, cuya conservadora, Brigitte Léal, ha seleccionado las obras.Es la primera vez que el Museo Picasso de Barcelona dedica una exposición a la labor del artista para las artes escénicas. "Ésta es una exposición distinta", dijo la directora del museo, María Teresa Ocaña, "porque, al revés de una antológica como la anterior exhibición de la colección Ludwig, presenta una parte muy precisa y acotada de la obra de Picasso".

Las obras permiten observar la constante experimentación plástica y técnica de Picasso, que en sus estudios de vestuario, atrezzo y escenografía para los ballets rusos no cesó de explorar el espacio, la perspectiva, y la dinámica de las figuras humanas. El resultado de ese trabajo son imágenes en las que se aprecia el influjo del cubismo, así como un esfuerzo por integrar composiciones, perspectivas y temas tradicionales con otros vanguardistas.

La escenografia de Picasso rinde también homenaje a toda la tradición pictórica española, como prueban sus referencias a Goya y el hecho mismo de elegir una corrida de toros para el telón de presentación. Además, sus vestuarios -también de inspiración goyesca- recrean toreros y alguaciles, locos e impedidos, negros y ancianas, e incluyen bailarinas vestidas de sevillanas, mallorquinas o aragonesas, en homenaje a la diversidad hispana.

La trama argumental de El sombrero de tres picos narra los enredos amorosos entre un molinero, su mujer y un corregidor en un impreciso contexto romántico de la España del siglo XVIII. La combinación de la música de Falla, de inspiración tradicional y mezcla de motivos clásicos y populares; la coreografía vanguardista de Massine, y la plástica audaz y provocadora de Picasso configuraron un espectáculo poderoso.

El estreno en Londres entusiasmó al público inglés, mientras que la acogida en París, al año siguiente, fue más moderada debido al clima de innovaciones vanguardistas que vivía la capital francesa.

El ballet se representó en Madrid en 1921 y su estreno despertó una ruidosa polémica entre los partidarios del arte moderno y cosmopolita y los tradicionalistas. Algún crítico denunció la "falta de autenticidad" del trabajo de Falla y Picasso y calificó el montaje de "un ejemplo de esnobismo".

Manifiesto artístico

Vicente García-Márquez escribe en el catálogo de la exposición que, "situado en su contexto histórico y visto desde una perspectiva actual, El sombrero de tres picos es una experiencia excepcional y, al mismo tiempo, un manifiesto artístico que ejemplifica las opciones estéticas en aquel momento de Falla y Picasso".La colaboración de dos artistas tan diferentes es, para la comisaria de la exposición, Brigitte Léal, única: "Picasso y Falla", dice; "sólo Diaghilev podía tener el rasgo de genialidad de poner el destino de un ballet español en manos de las dos eminencias más dispares de la Península. Cada uno encarnaba de manera casi caricaturesca los dos rostros antagónicos del genio andaluz. Falla, espíritu místico, tenso y secreto, cerrado y religioso a machamartillo, y Picasso, arlequín mago, voluptuoso y exuberante, que dejaba estupefactos a los otros artistas por sus dotes diabólicas".

La exposición se completa con fotografías del montaje y ensayos de la obra realizadas por el ayudante de Picasso, Vladímir Polunin y otros documentos gráficos de posteriores escenificaciones de la obra, como una fotografía de Léonide Massine en el papel de molinero realizada por Cecil Beaton en 1950. También se exhiben carteles, como el del estreno de la obra en París, en 1920.

Picasso inició su colaboración con los ballets rusos en 1917 y viajó de París a Barcelona con la compañía de Diaghilev. El museo barcelonés conserva varias telas realizadas durante esa estadía, especialmente una de las más apreciadas, El arlequín, un retrato para el que sirvió de modelo Massine.

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