Gobierno y ANC anteponen estabilidad a democracia

A base de concesiones mutuas, el -Gobierno de Frederik W. de Klerk y el Congreso Nacional Africano (ANC) de Nelson Mandela, antagonistas históricos de la política surafricana, han pactado la fórmula para la transición del apartheid a la democracia. En lo esencial, el transcendental acuerdo, concluido tras una serie de conversaciones bilaterales durante los últimos tres meses, consiste en la decisión de compartir el poder hasta- el fin de siglo en un Gobierno multipartidista de coalición.El anuncio lo hizo el viernes por la noche uno de los principales negociadores del Gobierno, el viceministro de desarrollo constitucional Fanie Schoeman. Tajante, reconociendo que algunos de los partidos políticos más pequeños rechazarían el acuerdo, Schoeman afirmó: "No es una propuesta. Es un hecho. Nosotros lo vemos como un periodo de cinco años, el ANC lo ve como un periodo de cinco años. Continuará siendo un Gobierno de unidad nacional por los cinco años completos".

Rechazo de Inkhata

Lo que ambas partes contemplan es que haya elecciones, las primeras en la historia del país en las que toda la población votará, en los primeros tres meses del año entrante. Se votará por un Parlamento que servirá a su vez como asamblea constituyente. Una vez escrita la Constitución, tarea que se estima durará unos 18 meses, el Parlamento proseguirá con sus tareas legislativas hasta las segundas elecciones en 1999. El Ejecutivo se elegirá de acuerdo a la proporción del voto ganado por los partidos. Como se supone que el ANC saldrá con la mayoría, es probable que ellos ocuparán la mayoría de los puestos en el Gabinete y que el jefe de Gobierno será Mandela.

Ante esta opción, el partido conservador zulú Inkatha rechazó ayer, en términos feroces, el acuerdo entre Gobierno y ANC. El líder de Inkatha, Mangosuthu Buthelezi, amenazó con un baño de sangre si, como todo indica, los dos partidos dominantes piensan imponer su plan al resto de la población. La única manera por la que podrán convencerlo, dijo, será con el despliegue de sus respectivos ejércitos en contra de él.

Lo que Buthelezi propone es que la nueva Constitución se decida antes de las elecciones por un foro multipartidista que represente, entre otros, a los grupos políticos impuestos por el sistema del apartheid.

La lógica curiosa de Buthelezi es, como dijo ayer, que si la Constitución la decide un foro elegido por toda la población ésta sería una práctica antidemocrática. En realidad, lo que él teme, según fuentes parlamentarias gubernamentales, es que las elecciones revelen de una vez y para siempre que la idea de que todos los zulúes apoyan a Inkatha es un mito sin fundamento.

Pase lo que pase, lo que nadie duda es que Inkatha resultará el obstáculo principal para que se cumpla el acuerdo entre Gobierno y ANC, un acuerdo recibido con júbilo por los grandes empresarios que lo ven como la mejor opción para garantizar la estabilidad necesaria para que los inversionistas extranjeros se vuelvan a interesar en Suráfrica.

Ésta también fue la lógica detrás de la decisión de De Klerk y Mandela de llegar a su solución de - compromiso. La democracia es importante, pero más urgente es la estabilidad.