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El Vaticano respalda la elección de Carles como sucesor de Suquía al frente del episcopado español

El arzobispo de Barcelona, Ricard Maria Carles, de 66 años, se perfila como probable sucesor del cardenal Angel Suquía en la presidencia de la Conferencia Episcopal. Es el candidato oficial, el que cuenta con el respaldo de la Nunciatura Apostólica y por tanto del Vaticano, del propio Suquía y del sector conservador del episcopado. Opta también a la presidencia, en una elección que se prevé muy reñida, Elías Yanes, de 64 años y arzobispo de Zaragoza, promovido por el grupo más abierto. La elección de Yanes significaría una revitalización de la institución, progresivamente desactivada. Esta elección, así como la renovación de todos los cargos de la Conferencia, se realizará durante la plenaria que comienza el lunes.

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Carles y Yanes son, salvo sorpresas, los únicos prelados que optarán el próximo martes a presidir la Conferencia Episcopal Española, organismo creado a partir del Vaticano II para coordinar las tareas eclesiales de un país. Caries opta a este cargo promovido por el nuncio de la Santa Sede, Mario Tagliaferri; el cardenal arzobispo de Madrid, Ángel Suquía, y el sector conservador del episcopado.No era, no obstante, su candidato natural. Miguel Roca Cabanellas, arzobispo de Valencia, y por tanto miembro del eje conformado por la capital del Turia con Madrid y Santiago, tenido por restauracionista, era el prelado llamado por el sector conservador a suceder a Suquía. Cabanellas, sin embargo, falleció en enero de 1992 en accidente de tráfico.

Esta circunstancia propicia ahora la promoción de Caries, de origen valenciano aunque ha desarrollado su tarea pastoral durante los últimos 23 años en Cataluña, primero en Tortosa y luego en Barcelona. Espiritualista, como Suquía, el arzobispo Carles ha declarado su disposición a acceder a la presidencia del episcopado "si así lo deciden los obispos". Pone, no obstante, pegas: el trabajo en una archidiócesis como la de Barcelona y en una provincia eclesiástica que ha convocado un concilio. Espera desde hace más de un año el nombramiento, como mínimo, de dos nuevos auxiliares.

Conferencia catalana

Muchos analistas auguraban que el Vaticano haría público su signo el pasado mes de enero, nombrando dos nuevos auxiliares para Caries. No ha sido así. Los rumores sobre el inminente nombramiento de los auxiliares corren estos días con intensidad tanto entre los observadores de Madrid como de Barcelona. "Sería muy descarado nombrarlos estos días", coinciden tanto los analistas como fuentes episcopales. La candidatura de Caries podría obedecer asimismo a una estrategia del nuncio, Mario Tagliaferri, para diluir cualquier intento de creación de una conferencia episcopal catalana, independiente de la española.Todo esto, unido a los nombramientos de obispos realizados en el último trienio -11 en total-, que ha acentuado la mayoría conservadora en el episcopado español, concede una mayoría matemática a Caries, la mitad más uno de los 80 votos posibles. Pero quizá fracase en esta ocasión la aritmética. "Un obispo ha contado los votos uno por uno, y gana Yanes con cuatro votos", ha comentado a este diario un prelado. "Ganará Yanes y Carles será vicepresidente", ha subrayado otro. Ambos, del sector más abierto, aseguraban que son unas elecciones del episcopado español, no de Roma.

Sería lo que un prelado ha denominado "la rebelión de los grises", que, prescindiendo de ideologías, optarían por votar a Yanes, que, a diferencia de Caries, es un profundo conocedor de la Conferencia. El respaldo de Suquía, que contó con 39 votos en su primera elección y 45 en 1990, cuando comenzó su segundo trienio, no parece en estos momentos ser una garantía de éxito.

El presidente de la Conferencia ha perdido en los dos últimos años diversas votaciones en la plenaria. Así, los representantes españoles para el Sínodo de Obispos celebrado en 1991 en Roma fueron Fernando Sebastián, arzobispo coadjutor de Granada y administrador apostólico de Málaga; Ramón Torrella, arzobispo de Tarragona, y el propio Yanes. Los candidatos de Suquía eran Antonio Rouco y el fallecido Miguel Roca, arzobispos de Santiago y Valencia, respectivamente.

Sebastián también fue elegido en noviembre de 1990 por sus compañeros de episcopado como gran canciller de la Universidad de Salamanca, cargo que Suquía prefería para Rouco. Por ello, a nadie extrañaría que Sebastián sea uno de los obispos que salgan en la votación orientativa, de presentación de candidaturas. Pese a ello, ha manifestado públicamente que no está "en la lista de presidenciables".

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