La crisis siguió empeorando en el último trimestre y aún no ha tocado fondo, según el Banco de España
La crisis económica en España y en la Comunidad Europea aún no ha tocado fondo, según señala el informe trimestral del Banco de España. Aunque el banco emisor es más cauteloso al referirse a la economía española -donde "el proceso de desaceleración no ha concluido- que a la europea -"ha entrado en el segundo semestre de 1992 en un periodo de clara recesión"-, la conclusión genérica es que 1993 comienza en "clima recesivo". Junto a este diagnóstico de crisis, el banco no olvida denunciar "el excesivo crecimiento" de los costes laborales en España.La "desaceleración" que acompaña a la crisis provocará, según el banco emisor, un crecimiento económico en España inferior al 0,5% del PIB en el último trimestre de 1992, "lo que situaría el crecimiento medio anual en torno al 1%".
EY Ministerio de Economía estima ese crecimiento medio en el 1,2% -que es una tasa del entorno del 1%-. El problema es que esas dos décimas justifican -según destacó el ministro Carlos Solchaga el viernes pasado- que "se haya avanzado algo en convergencia real", pues el crecimiento medio esperado por Economía para la CE es precisamente del 1%.
El banco emisor, a cambio, pronostica un crecimiento medio en la CE del 1,1%. Alemania y la crisis monetaria son los dos motivos que argumenta el informe para explicar el "brusco empeoramiento" de la economía europea. "La negativa evolución de la economía alemana" se ha unido, dice, al "deterioro del clima de confianza derivado de las dificultades surgidas del proceso de avance hacia la Unión Económica y Monetaria". Esas dificultades no son otra cosa que "la crisis del SME" y los episodios de tormenta monetaria que provocaron la expulsión de la libra esterlina y la lira del SME; las devaluaciones de la peseta, el escudo y la libra irlandesa, y las presiones contenidas sobre el franco francés y la corona danesa.
Una de las afirmaciones más sorprendentes del informe se refiere al impacto de la doble devaluación de la peseta. Tras varios años de una política de peseta fuerte, el banco afirma ahora que "la devaluación de la peseta ha venido a corregir los desajustes de competitividad de la economía española tras un periodo de cinco años de extrema fortaleza de nuestra divisa".
El banco concluye que la devaluación "ha facilitado el asentamiento de las bases para una política monetaria estable que permita perseguir el proceso de reducción de los diferenciales de inflación".
El informe, a cambio, no varía un ápice su análisis habitual al referirse al mercado de trabajo. Según sus estimaciones, "la remuneración por asalariado, incluidas las cotizaciones sociales, habrá aumentado por encima del 9%", lo que supone "un crecimiento excesivo". Y esos "fuertes crecimientos salariales continúan poniendo en evidencia las rigideces que mantiene el mercado de trabajo, condicionando la competitividad y rentabilidad de las empresas". Para 1993 aconseja "un control decidido de los costes salariales" para evitar lo ocurrido en 1992.
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