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Clinton, obligado a descartar a su segunda candidata a fiscal general

Antonio Caño

En un caso de verdadera mala suerte o de auténtica ceguera a la hora de escoger a sus colaboradores, el presidente norteamericano, Bill Clinton, se encontró ayer con la sorpresa de que la mujer en la que había pensado para ocupar el cargo de fiscal general, la abogada Kimba Wood, estuvo también complicada, como Zoe Baird, la anterior candidata al mismo puesto, en la contratación de un emigrante ilegal.

La Casa Blanca tuvo que reconocer en la noche de ayer -anticipándose esta vez a las denuncias periodísticas- que la abogada Kimba Wood había sido, descartada para el cargo que equivale al de ministro de Justicia después de que se hubiera averiguado que en 1986 contrató para el cuidado de sus hijos a una mujer que en ese año era trabajadora ilegal.Con esta iniciativa, el presidente norteamericano se evita la vergüenza de que el episodio surja de nuevo ante la comisión del Senado, corro ocurrió hace tan sólo 15 días con Zoe Baird, que tuvo que presentar la renuncia al cargo de fiscal general después de que quedase en dudas que la justicia norteamericana pudiera quedar en manos de alguien que había violado la ley.

Las averiguaciones sobre Kimba Wood dejan de nuevo sin candidato uno de los sillones más importantes del Gabinete de Bill Clinton. La Casa Blanca tenía otros candidatos para ese cargo, que, finalmente, parece destinado a caer en manos de un hombre, que, al menos, no suelen dedicarse a contratar el servicio doméstico.

Bill Clinton tenía la intención de nombrar a una mujer al frente dé vinos de los cuatro ministerios claves, pero ello le limita mucho el círculo de elección, por lo que, es probable, que ahora incluya a los varones entre sus candidatos.

Tendencia moderada

Kimba Wood es una demócrata de tendencia moderada que había impresionado positivamente, tanto a Bill Clinton como a su esposa, Hillary, en las entrevistas que sostuvo con ellos por separado en los últimos días.

Este episodio no parece que pueda causar al presidente el mismo daño que el caso de Zoe Baird, entre otras razones por que Wood ni siquiera había sido todavía designada oficialmente para el puesto, aunque los principales periódicos norteamericanos dieron ayer por hecho el nombramiento.

Para ello, el presidente recibió el jueves otro dato alentador: el Senado rechazó por 62 votos contra 37 una propuesta del Partido Republicano de una ley que garantice el mantenimiento de la prohibición de los homosexuales en el Ejército. La mayoría del Senado decidió respaldar el compromiso con la Casa Blanca, que incluye el levantamiento de esa prohibición a partir del próximo mes de julio.

Pero justo cuando estos casos empezaban a cerrarse y parecía que la Administración demócrata comenzaba a echar raíces, un nuevo escándalo desatado ayer por el diario The New York Times amenazaba al presidente demócrata.

El periódico publicaba ayer la copia de una carta que Robert Rubin, actual jefe de los asesores económicos de Clinton y antiguo copresidente de la firma inversora Goldman, Sachs and Co., ha enviado a sus viejos clientes en la que les pide que se mantengan en contacto con él en su despacho en la Casa Blanca.

Normas de ética

El contenido de esas cartas podría estar en contradicción, según el influyente diario neoyorquino, con las normas de ética que Bill Clinton obligó a firmar a todos los altos cargos de la nueva Administración norteamericana. El propio Robert Rubin explicó que esa expresión de "mantenerse en contacto" era, simplemente, una fórmula social, y aseguró que no tiene la mas mínima intención de mantener relaciones con sus clientes mientras ocupe el cargo para el que fue designado.

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