_
_
_
_
_

Ayuntamiento y Comunidad se cuestionan los realojamientos tras incumplir todos los planes

El Consorcio para el Realojamiento de la Población Marginada nació como un proyecto innovador para dar vivienda y apoyo social a 2.670 familias chabolistas, la mayoría gitanas. Seis años después, tras incumplir todos sus compromisos, el Ayuntamiento, la Comunidad y la Delegación del Gobierno se cuestionan si les interesa seguir con el programa. Argumentan que "en los últimos años se han producido cambios sociológicos" entre los chabolistas, en alusión a la venta de droga. Pero aún quedan 1.092 familias por realojar, además de otro medio millar de chamizos ilegales.

El programa comenzó lleno de expectativas. Ninguna comunidad autónoma contaba con un plan tan completo dirigido a población marginada de mayoría gitana. Ahora, después de seis años, las instituciones quieren pegar un frenazo, ver lo que se ha hecho, cuantificar lo gastado y decidir si dan el tiro de gracia al Consorcio, si lo limitan o lo reactivan. Para eso, el Ayuntamiento, la Comunidad y la Delegación del Gobierno ha creado una comisión de técnicos. Y antes de junio tomarán una decisión.El gerente del Consorcio, José Luis Gómez, asegura que no ve ningún interés por dar el carpetazo en este afán institucional de analizar el trabajo realizado. Otros sectores, como la Federación Regional de Asociaciones de Vecinos de Madrid (FRAVM), hablan, sin embargo, de "un intento de matar lentamente al Consorcio".

Gómez reconoce que el retraso de los planes viene de lejos. Según él, obedece a tres causas: "En 1987, el programa sufrió un parón con la retirada del Gobierno central del proyecto; un año después, firmado ya un convenio entre el Ayuntamiento y la Comunidad, la explosión inmobiliaria encareció el precio de los suelos que necesitábamos, y, ya en 1992, con todos los suelos, menos cuatro, sobre el plano, la corporación municipal pidió revisar el sistema de financiación".El compromiso era construir, de 1986 a 1991, 2.186 viviendas para aquellas familias que quedaron, fuera del plan de barrios en remodelación. Más tarde se amplió el censo a otras 484 familias del Pozo del Huevo (Vallecas) y del Arroyo de Valdecelada (Carabanchel).

Diversos escollos

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
Suscríbete

Año tras año, el plan se ha ido encallando entre los problemas de financiación, la falta de suelos y la oposición ciudadana. A estas alturas hay 1.438 familias realojadas, 878 de ellas en pisos. El 60% de las previstas.

El movimiento ciudadano siempre ha denunciado importantes retrasos. En 1989, los representantes vecinales se hacían eco de un malestar que luego resultó profético. "Se están viviendo momentos de conflictividad social que cualquier día pueden desembocar en enfrentamientos", decían. La droga entraba en los campamentos.

Dos años más tarde, unos encapuchados -que nunca fueron detenidos- quemaron una vivienda del poblado de realojamiento que el Consorcio edificaba en Los Molinos (Villaverde), destinado a familias gitanas de Los Focos. Los vecinos se amotinaron, tachándoles de n arco traficantes. Ayuntamiento y Comunidad cedieron a las presiones ciudadanas y la obra quedó parada sine die. En 1992, las administraciones hablaron de la necesidad de concluir, para fin de año, los 16 realojamientos pendientes.

Pero de los 22 campamentos que debían estar ya construidos sólo,existen seis: La Quinta (Fuencarral), La Rosilla (Vallecas), Plata y Castañar (Villaverde) y otros tres provisionales en Ribera de San Fermín (Usera), Las Liebres (Fuencarral) y el Cañaveral (Vicálvaro). Dos están en obras, el de La Celsa y el de Jauja, en Latina. De los restantes, en cuatro faltan suelos y en 11 no existen acuerdos de financiación.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_