El retorno de Moguilevski
El máximo interés del segundo programa ofrecido por la Sinfónica de la RTV de Moscú, dirigida por Vladímir Fedoseev, era sin duda la actuación del pianista Eugeni Moguilevski (Odessa, Ucrania, 1945), uno de los grandes discípulos de Heinrich Neuhaus.Nuevamente hemos podido admirar a Moguilevski en el Concierto número 2 de Rachmaninov. Y otra vez nos asombró su potencia sonora, capaz de remontar los más fuertes tutti de la orquesta, así como de imaginar versiones realmente singulares, plenas de fantasía y sobre cuya perfección técnica los nervios hacen, de cuando en cuando, alguna de las suyas. Pero nos sentimos ante la grandeza de un intérprete extraordinario que convierte en algo casi nuevo lo mil veces escuchado y otras mil explotado por el cine.
Orquesta de la RTV de Moscú
Director: V. Fedoseev. Solista: E. Moguilevski. Obras de Glinka, Rachmaninov y Mousorgski-Ravel. Auditorio. Madrid, 28 de enero.
Cuando Moguilevski toca, la atención se concentra y el silencio cobra proporciones de rara expectativa, mientras el intérprete hace cantar al piano, instrumento mecánico al fin y al cabo, con igual poderío y ligadura que los arcos sobre las cuerdas. El éxito fue clamoroso, a pesar de que el sonido de la orquesta moscovita, llevada por la batuta segura y gruesa de Fedoseev, contrasta con el discurso del solista.
Los Cuadros de una exposición, de Mousorgski-Ravel, inundaron la sala de un considerable estruendo, aunque el orden, la cohesión y la organización del conjunto fueran firmes y, en ocasiones, hasta claveteados. Antes, los músicos rusos nos trajeron la obertura Una noche de verano en Madrid, verdadero anticipo del nacionalismo español casticista.
Babelia
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