Tierra de matadores

J. V. La Comunidad Valenciana es tierra de toreros. Se trata de un fenómeno sorprendente porque, en cambio, no es tierra de toros bravos. Aquí se producen numerosas vocaciones taurinas en todas las especialidades, y hay muchos aspirantes a matadores, pero también banderilleros -que gozan de merecida fama- e incluso toreros cómicos.

Francisco Barrios El Turia, diestro de cartel en los anos 50, opina que esta profusión de vocaciones deriva del gran arraigo de la fiesta de los toros en toda la provincia. Y es testigo principal de la autenticidad de las mismas, pues dirige desde hace 10 años la Escuela Taurina -que depende de la Diputación-, por donde ha pasado más de medio millar de alumnos.

Actualmente asisten unos 40 y los más aventajados participan en las novilladas que organizan conjuntamente la escuela y los ayuntamientos de los pueblos. El proyecto de la Diputación es facilitarles, simultáneamente, una adecuada formación profesional, que les será muy útil si en el futuro no pueden dedicarse al toreo.

Alumnos de la escuela han sido Enrique Ponce -ya figura- y Ángel de la Rosa, que recibirá la alternativa en las próximas Fallas. "Ver cómo uno de estos muchachos, a quienes he conocido y preparado desde pequeñines, alcanza el doctorado, supone una satisfacción impagable", dice El Turia.

El cuadro de profesores lo completan los diestros valencianos Luciano Núñez, Santiago López y Vicente Luis Murcia, y el banderillero Joaquín Mompó. También fue profesor el inolvidable Manolo Montoliu, muerto de una cornada el pasado año.