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CATÁSTROFE EN LA CALLE DEL CINE

El material apilado desplomó la marquesina

La marquesina del cine Bilbao, que el miércoles cayó sobre 18 personas -seis de ellas murieron-, se derrumbó porque los tres trabajadores que estaban desmontando el andamio metálico fueron acopiando los materiales en el borde del voladizo, alterando la distribución de la carga que soportaba la estructura. Las vigas, que ya se encontraban en mal estado, no aguantaron el peso. Ésta es la explicación oficial del siniestro, cuya responsabilidad deberá determinar el juez. El Ayuntamiento; los hermanos Reyzábal, propietarios del cine, y la empresa de andamios In, SA, aseguraron ayer que están libres de culpa.

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Andamios In, empresa líder

El informe municipal que el departamento de Protección a la Edificación remitirá al Juzgado de Instrucción número 26 especifica que la estructura de la marquesina estaba muy deteriorada. Además, el responsable del departamento, Fernando Macías, asegura que el andamio provisional que sostenía la gran cartelera estaba sujeto a la pared de forma precaria (anclajes insuficientes y mal distribuidos).Esta estructura se montó en diciembre para anunciar de forma singular la película Una monja de cuidado. Se instaló una estructura metálica apoyada en la marquesina y sujeta a la pared mediante tirantes. Sin embargo, la mayoría de estos soportes sólo se encontraba en la parte inferior del andamiaje (ya que el resto de la fachada estaba cubierta por la cartelera primitiva, de madera).

Atado a un balcón

La parte superior de la estructura se enganchó al menos en un balcón de la finca colindante, según la denuncia de un inquilino de este inmueble presentada en la Junta de Chamberí el 25 de enero, dos días antes del accidente. El vecino afirmaba en el escrito que "el cine Bilbao había atado un anuncio a un balcón sin permiso de la comunidad de vecinos"' explicó el alcalde. José María Alvarez del Manzano matizó que la denuncia, "al no afectar a la seguridad", no exigió una inspección de urgencia.El jefe comercial de In, SA, Ricardo Rodríguez, eludió cualquier culpa. "Nosotros ponemos el material donde nos dice el cliente, y no tenemos por qué, ni es nuestra responsabilidad, hacer un estudio del terreno ni cálculos de ingeniería de lo que puede soportar". Rodríguez cree que "el andamio estaba bien montado, y es elemental que es la cornisa la que estaba en mal estado".

Rodríguez desconoce cómo se desmontó el andamio y si se produjo algo anormal durante la operación, porque aún no ha hablado con los obreros. Los tres operarios, que pertenecen a otra empresa, contratada por In, SA, para estos trabajos, resultaron heridos. No obstante, Rodríguez sostiene que no había mucho material apilado porque "la labor comenzó a las 16.30 y a las siete [cuando se desplomó la marquesina] sólo se había efectuado un tercio del trabajo".

Los bomberos habían acudido al cine el 4 de diciembre, un día de fuerte viento y lluvia, porque parte de la tela del cartel se estaba desprendiendo. En aquella intervención, los bomberos sujetaron con cuerdas el cartel al andamio y quitaron unos tablones que se habían dejado en la estructura con riesgo de caer a la calle. Sin embargo, In, SA, asegura que ellos montaron el andamio el 6 de diciembre.

El alcalde quiso dejar claro que "la responsabilidad del estado de las 1.400.000 fincas que existen en Madrid es de sus propietarios". Florentino Reyzábal, uno de los dueños del cine, explicó ayer sólo a través de la agencia Efe que el siniestro se produjo "quizá, por desidia, cuando los empleados de In, SA, retiraban los tubos que soportaban la cartelera". Y agregó: "No hay ninguna responsabilidad por parte de la empresa del cine".

Reyzábal coincidió con el Ayuntamiento en las causas del siniestro: "Se produjo un contrapeso en la marquesina que originó su caída". El propietario también declaró que para cambiar los paneles de las películas no es necesario solicitar una licencia del Ayuntamiento. Sin embargo, el alcalde matizó ayer esta impresión del exhibidor: "El cambio de carteles exige una simple comunicación a la junta, pero añadir una estructura a la fachada sí requiere una licencia municipal".

Los servicios municipales desmontaron ayer con dos enormes grúas el gran rótulo que sostenía las seis letras del nombre del cine, cuyos materiales férreos se deshacían entre los dedos de los técnicos, dado su estado de deterioro. No obstante, el Ayuntamiento asegura que el aparente estado ruinoso de la finca sólo afecta a esta parte. "La fachada está estable y sólida", dijo el técnico responsable. El Ayuntamiento dio un plazo de 48 horas a la empresa para desmontar la estructura del cartel primitivo y todos los elementos exteriores "que pudieran suponer pefigro".

Reyzábal aseguró que el cine no se abrirá hasta que se aclaren las circunstancias del accidente.

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