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Estados Unidos impone nuevas sanciones arancelarias al acero procedente de Europa

Lluís Bassets

Estados Unidos decretó ayer una segunda ola de sanciones comerciales contra productos siderúrgicos europeos, que vienen a añadirse a las medidas de represalia decididas el 30 de noviembre de 1992. Las exportaciones españolas de flejes laminados y de chapa hacia Estados Unidos, unas 85.000 toneladas de acero, por un valor de casi 34 millones de dólares, quedan heridas de muerte por los derechos arancelarios acumulados, de un 98% para los fleles y de un 151% para la chapa. El comisario europeo Leon Brittan considera las sanciones de Washington "injustifícadas y desproporcionadas", y advierte que complicarán las negociaciones bilaterales para un acuerdo general en el seno del GATT

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Los exportadores españoles deberán depositar a partir de hoy mismo cantidades o avales, claramente insoportables y disuasorios, equivalentes a los nuevos porcentajes sobre el valor de los productos que deseen exportar. Las sanciones de la nueva Administración de Bill ClInton han provocado una airada reacción del comisario de Comercio Exterior de la CE, Leon Brittan, cuya esperanza es "que todo este asunto no sea más que una prolongación desafortunada de actitudes anteriores".Las represalias estadounidenses, afectan a 19 países, siete de los cuales pertenecen a la Comunidad Europea, y han sido originadas por las denuncias de prácticas de dumping (competencia desleal) presentadas por varias empresas siderúrgicas norteamericanas.

Los aranceles de castigo decretados ahora vienen a acumularse a las sanciones del pasado mes de noviembre, que respondían a denuncias por supuestas subvenciones públicas ilegales o encubiertas a los productores que compiten con los aceros norteamericanos. Dichos productos se utilizan principalmente para la construcción de automóviles, aviones y electrodomésticos. Los países más afectados son Italia, el Reino Unido y España, con aranceles que superan el 100% en aceros planos.

Restricción voluntaria

Las denuncias fueron depositadas en el departamento de Comercio norteamericano en junio de 1992, poco después de que venciera el "acuerdo sobre restricciones voluntarias" vigente desde 1982 hasta 1992. Durante todo este tiempo los productores de acero europeos disminuyeron voluntariamente su cuota de exportación de acero a Estados Unidos desde un 82,67% en 1988 hasta un 51,37% en 1992, para permitir la reconversión de la industria norteamericana y la recuperación de su competitividad.

En el caso de la CE, las sanciones golpean una producción de 2,25 millones de toneladas de aceros y galvanizados, por un valor de 1.106 millones de dólares. Los productos planos conforman el grueso de las exportaciones castigadas: dos millones de toneladas por un valor de 1.000 millones de dólares. El conjunto de las exportaciones sancionadas se eleva a 2.600 millones de dólares.

Además de siete países de la CE (Alemania, Francia, Reino Unido, Italia, Bélgica, España y Holanda), prácticamente han sido sancionados todos los otros productores mundiales de aceros capaces de entrar en competencia con los productores norteamericanos (Argentina, Australia, Austria, Brasil, Canadá, Finlandia, Japón, Corea, México, Polonia, Rumania y Suecia).

Las sanciones son todavía provisionales, a pesar de que las aduanas norteamericanas empezarán a exigir los nuevos aranceles desde hoy mismo a los exportadores. Entre el 12 de abril y mediados de junio las sanciones se elevarán a definitivas o serán objeto de rebaja. El comisario Leon Brittan, que entró en funciones el 6 de enero, se enfrenta así con su primer conflicto, que le opone precisamente a la nueva Administración norteamericana.

Desproporcionado

Brittan distribuyó ayer una enérgica nota en la que califica las sanciones de "injustificadas y desproporcionadas". El comisario asegura que el acuerdo multilateral sobre el acero, que debía cerrarse en el seno del GATT, deviene mucho más difícil en las actuales condiciones. El propio clima comercial entre la CE y Estados Unidos, necesario para un rápido acuerdo en la Ronda Uruguay del GATT, queda seriamente comprometido después de la segunda ráfaga de sanciones. "Nuestra siderurgia puede tener la seguridad -dijo Brittan- de que la Comisión Europea está firmemente decidida a resolver el problema". Fuentes de la Comisión no descartan sanciones de respuesta.

Esta segunda oleada de sanciones incide en plena crisis de la siderurgia europea, que debe eliminar 50.000 puestos de trabajo para enfrentar la crisis de sobreproducción y de caída de precios que atraviesa.

La Comisión Europea ha preparado un plan de urgencia que afecta a 15.000 puestos de trabajo de la siderurgia española, 10.000 de los cuales pertenecen a la siderurgia integral (Ensidesa y AHV), cuya reconversión no ha obtenido todavía el acuerdo por parte de los Doce.

Uno de sus aspectos prácticos ha sido la imposición a su vez de aranceles anti-dumping, que oscilan entre el 11% y el 30%, a las importaciones de acero originarias de Croacia, Eslovaquia, República Checa, Hungría y Polonia.

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Sobre la firma

Lluís Bassets
Escribe en EL PAÍS columnas y análisis sobre política, especialmente internacional. Ha escrito, entre otros, ‘El año de la Revolución' (Taurus), sobre las revueltas árabes, ‘La gran vergüenza. Ascenso y caída del mito de Jordi Pujol’ (Península) y un dietario pandémico y confinado con el título de ‘Les ciutats interiors’ (Galaxia Gutemberg).

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