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España y Egipto analizan la creación de un foro de distensión en el Mediterráneo

España y Egipto analizaron ayer las modalidades para reactivar el proyecto de un foro de diálogo que promueva la distensión y la cooperación en el Mediterráneo, en el que participarían todos los países ribereños y EE UU. El ministro español de Exteriores, Javier Solana, inició ayer la tercera y última etapa de su gira por Oriente Próximo.

Solana se entrevistó ayer con su homólogo egipcio, Amr Muhsa, y a continuación se reunió con un grupo de intelectuales de ese país. Hoy será recibido por el presidente Hosni Mubarak.Antes de que estallase la crisis del Golfo, en agosto de 1990, las diplomacias de España e Italia, con el apoyo matizado de Francia, barajaban la idea de exportar al conjunto del Mare Nostrum la distensión y cooperación logradas en el Viejo Continente gracias a la Conferencia sobre Seguridad y Cooperación en Europa (CSCE), que se inició en 1975 en Helsinki.

La Conferencia sobre Seguridad y Cooperación en el Mediterráneo (CSCM) fue sólo un sueño, frustrado por la invasión iraquí de Kuwait. Acabada la contienda, Mubarak ha retomado la idea, bajo el nombre de Foro Mediterráneo, rebajando, sin embargo, sus objetivos iniciales. "Creo", comentó Muhsa, "que la esencia del nuevo pensamiento en materia de seguridad en Oriente Próximo pasa por vincularnos con Europa y su experiencia".

"Aunque en la formulación de Mubarak las medidas de confianza para instaurar mayor seguridad en la región se debilitan algo con relación al proyecto inicial comentó Solana, "somos partidarios del foro propuesto por el presidente egipcio". Esta edulcoración de la nueva versión de la CSCM permitirá acaso superar las reticencias de Estados Unidos, que no era muy proclive a comunicar, por ejemplo, los movimientos de su VI Flota mediterránea.

Dificultades

"Vemos, sin embargo, algunas dificultades", añadió el jefe de la diplomacia española. Las dos primeras son de procedimiento. Mubarak quiere constituir un grupo de países pioneros, lo que herirá la susceptibilidad de los no elegidos, y desea además lanzar solemnemente la iniciativa mediante una cumbre al más alto nivel. Solana cree más útil que la reunión de líderes culmine el acuerdo logrado previamente por expertos, como sucedió en Helsinki.La última dificultad concierne a la posible duplicidad de foros sobre cuestiones similares. Egipto, Siria, Jordania, Líbano e Israel participan ya en negociaciones multilaterales sobre medio ambiente y desarrollo económico en el marco del proceso de paz puesto en marcha en Madrid en octubre de 1991.

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Los interlocutores egipcios de Solana hicieron, por otra parte, gran hincapié en la influencia negativa ejercida por Irán sobre Sudán, cuyo régimen de corte integrista juega un papel relevante en la penetración en el África negra de un islam radical, al tiempo que crea tensiones en la frontera con Egipto. Ante el auge del integrismo islámico, las autoridades egipcias tienden a presentarse ante sus huéspedes europeos y norteamericanos como los guardianes de los intereses de un Occidente al que piden compensaciones por esta labor.

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