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Un 'caza' estadounidense bombardea una unidad antiaérea en el sur de Irak

Un cazabombardero A-6 Intruder estadounidense atacó anoche con una bomba guiada por láser una unidad artillera antiaérea iraquí en la zona sur de exclusión aérea. La batería iraquí había iluminado con su radar al aparato, que sobrevolaba el área por debajo del paralelo 32 junto a dos F-18. El Departamento de Defensa confirmó el ataque, aunque no precisó si la unidad iraquí resultó dañada.

Los tres aviones regresaron a salvo al portaaviones Kitty Hawk, situado en las aguas del Golfo. "Se trata obviamente de un incidente más de la serie de estos últimos días", dijo el coronel de la Armada William Smullen. "Hemos dejado claro que nuestros pilotos se van a defender cada vez que sean amenazados".El incidente rompe la "tregua unilateral" declarada por el presidente de Irak, Sadam Husein, a raíz de la llegada al poder del nuevo presidente de Estados Unidos, Bill Clinton.

En estos días, el Gobierno iraquí ha tratado de propagar la idea de que George Bush, como el Cid, libra batallas después de dejar la Casa Blanca. El diario Al Jumhuriya (La República), que es la voz del Gobierno, asegura en un editorial publicado ayer que los incidentes de los dos últimos días se deben "a la presencia de elementos de la anterior Administración en la CIA y en el Pentágono, que tratan de arrastrar a Bill Clinton hacia el mismo lenguaje de guerra" que el de su predecesor.

Jugar con fuego

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En otro diario, Babel (Babilonia), el hijo mayor de Sadam Husein, Uday, va mucho más lejos al advertir al nuevo presidente norteamericano contra el uso continuado de la fuerza. Uday, de 33 años, con fama de mujeriego y vividor, critica en la página dos del diario de su propiedad al presidente Clinton por la "falta de respuesta a la declaración iraquí de alto el fuego unilateral", anunciado, como gesto de buena voluntad el pasado 19 de enero, un día antes del cambio de presidentes en Estados Unidos. También asegura que "el nuevo Gobierno norteamericano está jugando con fuego si lo que pretende es probar, con las acciones de los dos últimos días, la firmeza de la decisión iraquí".

La aparición del hijo de Sadam en la escena política no ha sorprendido aquí a nadie. Pese a su turbulento pasado -en 1988 mató a bastonazos a Kamel, el principal de los guardaespaldas de su padre y estuvo a punto de ser ajusticiado por ello- es un hombre clave en el entramado del régimen. Para el pueblo es simplemente la corrupción personificada.

El endurecimiento del lenguaje tiene, al parecer, un doble sentido: insuflar ánimos a la población iraquí con proclamas patrióticas -como la de las pancartas que pueblan las calles de Bagdad: Sin retroceder, siempre hacia adelante- y mandar mensajes a Washington sobre la determinación iraquí. El Gobierno trata de justificar dentro y fuera de sus fronteras su aparente pasividad después de dos incidentes consecutivos.

Dentro de ese mismo clima, el régimen ha aplazado las negociaciones que ayer debían haber comenzado con las agencias de las Naciones Unidas dedicadas al reparto de la ayuda, después de que las autoridades acusaran a los miembros de la ONU de actuar como espías.

Los expertos de Naciones Unidas en armas químicas continuaron ayer, por segundo día consecutivo, sus trabajos en Al Mutana, a unos 130 kilómetros al noroeste de Bagdad. Paul Brough, jefe del equipo, indicó que hoy o mañana, lunes, se reanudará la destrucción de las armas químicas almacenadas en esa ciudad.

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