Los serbios de Bosnia discuten en un clima tenso la aprobación o el rechazo del plan de paz
ENVIADA ESPECIAL Los 81 diputados de la autoproclamada República Serbia de Bosnia se reunieron ayer en la localidad de Pale para discutir el acuerdo de paz de Ginebra aceptado por su líder, Radovan Karadzic, el pasado día 12, y en el que se contempla el "cuadro constitucional" de Bosnia-Herzegovina propuesto por los copresidentes de la Conferencia de Paz, David Owen y Cyrus Vance. Karadzic supeditó el acuerdo a su aprobación por el Parlamento serbio de Bosnia, pero todo parece indicar que el dirigente serbio se verá con dificultades para convencer a los diputados de que voten a favor de] plan. A la una de la madrugada de hoy el debate fue interrumpido en un clima tenso y cuando primaban las intervenciones viscerales por encima de los argumentos.
Los diputados del Parlamento de la autoproclamada República serbia en Bosnia están divididos entre la situación y el rechazo de la Constitución propuesta por la conferencia de paz en Ginebra. Emociones y pasiones dominaron los discursos, más que los argumentos fundamentados que explicarían las ventajas o los inconvenientes de las dos opciones."Declaremos el estado de gue rra y aguantaremos lo que tengamos que aguantar" decía un diputado. "No podemos aceptar el ultimátum europeo", aseguraba otro. "Primero necesitamos los mapas de la división de Bosnia y luego discutiremos la Constitución",' subrayaba Biljana Plavsic, la vicepresidenta de la autoproclamada República Serbia.
Mientras avanzaba la reunión, que no había terminado a la una de la madrugada de hoy, los discursos adquirían tonos más radicales. Los sectores más duros llegaron a pedir la celebración de un referéndum entre los serbios de Bosnia. Mientras el Parlamento de Pale enviaba ayer una carta al presidente electo de Estados Unidos, Bill Clinton, pidiéndole que adoptara una posición equilibrada en el conflicto, el todavía inquilino de la Casa Blanca, George Bush, optaba por reforzar el embargo contra la actual Yugoslavia (Serbia y Montenegro).
A pesar de las dificultades, la aceptación del acuerdo en Ginebra no se descartaba, gracias a la insistencia, aunque poco argumentada, del número uno serbio, Radovan Karadzic.
Karadzic ni siquiera cuenta con el apoyo político de sus dos vicepresidentes, Biljana Plavsic: y Nikola Ko1jevic, para presionar a los diputados. "La conferencia de Ginebra representa la única esperanza de que la guerra termine", dijo Karadzic, dirigiéndose a los diputados con un discurso poco convincente repleto de acusaciones en contra de la "diplomacia brutal" del mundo occidental que "nos obligó a luchar por la mera supervivencia y el mínimo de nuestros derechos".
"Derecho al Estado"
"Este documento", explicó Karadzic, "nos ofrece menos de lo que tenemos ahora, pero abre la perspectiva de conservar nuestro derecho al Estado". Karadzic insitó a los diputados a analizar las propuestas constitucionales sin considerar los mapas de las 10 provincias diseñadas en Ginebra. Ningún diputado serbio acepta los mapas propuestos y exigen múltiples modificaciones.
Karadzic solicitó el voto afirmativo y concluyó: "A pesar de las condiciones adversas y las amenazas recibidas durante la conferencia en Ginebra sugiero que acepten este documento como el único paso hacia una solución política pacífica".
Antes de comenzar la sesión,su vicepresidenta Biljana Plavsic rechazó rotundamente los principios constitucionales para Bosnia-Herzegovina. "El pueblo serbio perdería así definitivamente su Estado. La guerra se hizo para crearlo". Plavsic explicó así a este periódico la base de su argumentación para convencer a los diputados de que rechacen el ultimátum europeo para aprobar el plan.
Nikola Ko1jevic, el segundo vicepresidente, opina: "Espero la aprobación de los principios constitucionales". Añade que "1a población teme que nos engañen otra vez". Por ello propone que la eventual firma del "cuadro constitucional" aprobado en Ginebra incluya, además de a las tres partes implicadas en el conflicto de Bosnia, a un representante de la ONU para garantizar su cumplimiento.
La discusión de los principios constitucionales es crucial para el futuro de Bosnia y para la nueva Yugoslavia, de donde procede el principal apoyo de los serbios de Bosnia. Los diputados tenían previsto votar primero la- composición del nuevo Gobierno. El anterior cayó, según el periódico local de Banja Luka, Srpski Glas, "porque los ministros se enriquecieron con la guerra, con la compraventa de divisas y vehículos, y el comercio ilegal".
. El segundo punto de la agenda fue la discusión del plan de paz de Ginebra, cuya votación ha quedado aplazada para la jornada de hoy. El diputado Nedeljko Rosula, de 56 años, profesor de literatura antes de la guerra y actualmente alcalde de Sanski Most, no tiene dudas: "Votaré contra el ultimátum, porque degrada a mi pueblo y nos reduce a personas de segunda categoría. Mi hijo Petar murió en el frente cerca de la localidad de Jajce. Mi padre y mi hermana fueron asesinados en un solo día, en 1941, por los ustashi ultranacionalistas croatas. Los enterraron en una fosa común". Rosula no imagina su futuro en un Estado común con los musulmanes.
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