El Gobierno de Belgrado acusa a los musulmanes bosnios de sabotear los acuerdos de paz de Ginebra
El Gobierno yugoslavo condenó ayer los ataques realizados por fuerzas bosnio-musulmanas junto a la frontera de Serbia -cuyo territorio resultó alcanzado por fuego de morteros- como un intento ole sabotear la posibilidad de que el Parlamento de los serbios de Bosnia, convocado para mañana en Pale, ratifique los acuerdos de paz para Bosnia-Herzegovina alcanzados en Ginebra la pasada semana. Entretanto, se han recrudecido también los combates en torno a Sarajevo, la capital bosnia, donde el sábado murieron ocho personas alcanzadas por un proyectil de mortero mientras hacían cola para coger agua.
Según fuentes de Belgrado, en la ofensiva de las fuerzas musulmanas resultaron muertos decenas de soldados serbio-bosnios y, por primera vez en el conflicto de Bosnia-Herzegovina, el territorio de Serbia fue objeto de bombardeo. Las avanzadillas musulmanas lanzaron fuego de morteros contra la central hidroeléctrica de Bajina Basta, que se alza en la orilla serbia del río Drina, fronterizo entra las dos repúblicas.La versión difundida por Belgrado indica que las fuerzas musulmanas atacaron a las unidades yugoslavas que protegen la central hidroeléctrica, operación que ha sido calificada como "el punto culminante de las provocaciones lanzadas contra el territorio yugoslavo desde el pasado día 6 de enero".
El comunicado de Belgrado mantiene que no se trata de una casualidad que la ofensiva musulmana se haya desencadenado en el momento en que la parte bosnia de Serbia se dispone a ratificar los acuerdos de Ginebra.
Este ataque provocó una reunión de urgencia del Gobierno que rige la Federación Yugoslava -que integran Serbia y Montenegro-, al final fue difundido un comunicado en el que se acusa a las fuerzas leales al presidente bosnio, Alija Izetbegovic, de sabotear el proceso de paz que debe ser ratificado por el Parlamento serbio-bosnio, que se reúne a partir de mañana en Pale.
Últimos esfuerzos
Mientras, tanto el presidente serbio, Slobodan Milosevic, como el líder de los serbios, Radovan Karadzic, redoblan sus esfuerzos para que el Parlamento de Pale ratifique los acuerdos de paz de Ginebra.
Karadz¡c dispone ya de poco tiempo para convencer a los diputados del Parlamento de la autoproclamada República Serbia de Bosnia de que aprueben el documento sobre los principios constitucionales elaborado en Ginebra por los copresidentes de la conferencia sobre la antigua Yugoslavia, David Owen y Cyrus Vance. Belgrado espera que Karadzic logre la victoria del sí en la reunión del Parlamento convocada para el martes en Pale, a 15 kilómetros de Sarajevo. La comunidad internacional espera el resultado de la votación para poner en marcha el plan de intervención militar para imponer por la fuerza la prohibición de los vuelos serbios sobre Bosnia, una vez ratificado por el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas.
Karadz¡c emplea todos sus conocimientos retóricos para combinar argumentos mutuamente excluyentes: convencer a los serbios en Bosnia de que la aceptación de la integridad territorial de esta república, exigido en Ginebra, no excluye la creación de un Estado serbio dentro de Bosnia. "Nuestro objetivo es conservar el Estado con sus territorios", explica Karadzic, y precisa que el sí a los principios constitucionales no significa la aceptación de los mapas de la división territorial de Bosnia en 10 provincias, propuesto también en Ginebra. Las negociaciones sobre la división territorial comenzarían después del primer acuerdo sobre la Constitución.
Presionar a Karadzic
Belgrado posee poderosas armas para presionar a Karadzic a favor de los acuerdos de paz, como son el corte del suministro de los alimentos y de la gasolina, así como las líneas de transporte.
Morricilo Krajisnik, presidente del Parlamento serbio en Bosnia, es prudente: "Es difícil pronosticar los resultados de la votación en el Parlamento, se engañan los que creen que vamos a adoptar una postura de capitulación como consecuencia del ultimátum lanzado de la Comunidad Europea".
Los líderes serbios en Bosnia, instigadores de la guerra, en complicidad con Belgrado, tendrán múltiples problemas para explicar por qué se ha hecho la guerra, por qué ha muerto tanta gente si los principios constitucionales pactados en Ginebra no garantizan ahora la unión con Serbia y obligan a la coexistencia en un mismo Estado con los musulmanes y los croatas. El recrudecimiento de los combates, sobre todo en el este y en el norte de Bosnia, no favorece la creación de un clima propicio para las negociaciones y refuerza las posturas extremistas. Un convoy de la ONU llegar ayer a Zepa.
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