El castillo de Windsor se abre al público con techos de plástico,
Las dependencias oficiales del castillo de Windsor reabren desde hoy sus puertas al público, dos meses después del incendio que causó graves daños al castillo, y lo hacen con techos de plástico en lugar de los originales.Ahora, en las dependencias oficiales del castillo el sol penetra a través del tejado de plástico. Antes del incendio del 20 de noviembre, había un techo grandioso, adornado con blasones de caballeros de la Orden de la Jarretera, orgullo del hall de San Jorge, ahora en ruinas. El techo se ha hundido sobre la larga mesa donde cenan los jefes de Estado, porque la mesa fue víctima del incendio. Los cristales de las ventanas han explotado y los candelabros se han retorcido bajo el efecto del calor.
Donde no queda más que un agujero se encontraba un órgano del siglo XIX, construido por Henry Willis, que separaba el hall de la capilla privada de la reina, el lugar donde se declaró el incendio. Ha quedado completamente destruido.
Es una gran pérdida, pero hemos tenido suerte, porque muy pocos de los objetos de arte se han perdido", ha afirmado Geoffrey de Bellaigue, director de las colecciones reales.
Un retrato ecuestre de Jorge III, pintado por William Beechey, demasiado grande y demasiado pesado para ser transportado, también ha sido destruido, lo mismo que un aparador del siglo XIX. Un tapiz Axininster, también del XIX, ha sufrido graves daños.
El incendio del pasado 20 de noviembre destruyó en total seis salas y tre~ torres del ala norte del castillo. Además, una cuarta parte del mobiliario y cuadros del castillo- han resultado ligeramente dañados durante los traslados llevados a cabo con motivo del incendio, según ha informado el conservador Christopher Lloyd.
"Espero que todo sea reparado en cinco años", ha afirmado sir Patrick Palmer, conservador del castillo de Windsor, que se niega a estimar el coste total de las reparaciones. "La cifra de 60 millones de libras (unos 10.000 millones de pesetas) no está basada sobre datos reales", añadió Palmer.
Babelia
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