El Bolshoi monta una temporada en Londres para evitar la ruina
El Ballet del Gran Teatro Bolshoi de Moscú ha iniciado en Londres una temporada de cinco semanas, en el Albert Hall, acondicionado al efecto como un teatro a la italiana. Estas actuaciones tienen un interés claramente económico: recaudar hasta cinco millones de dólares (570 millones de pesetas), que serían repartidos a la mitad con los empresarios ingleses organizadores del evento. Ésta es, según los propios directivos del ballet, la última tabla de salvación para el conjunto moscovita, que agoniza entre la ineficacia de un entramado burocrático anclado en el pasado soviético y las pretensiones de privatización de algunos de sus miembros, a lo que el propio presidente ruso, Boris Yeltsin, se ha opuesto por decreto.
El Bolshoi actúa con un repertorio convencional compuesto por el segundo acto de El Lago de los Cisnes, La Bella Durmiente y Cascanueces, las mejores bazas del gran repertorio tradicional del siglo XIX.
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