EE UU asegura que la aviación de Sadam sigue violando la zona de exclusión al sur de Irak
Estados Unidos asegura que el presidente iraquí, Sadam Husein, sigue empeñado en desafiar la determinación de.. la Administración estadounidense ya que aviones de combate iraquíes violaron el lunes, al día siguiente de ser abatido un Nfig, la zona de exclusión aérea impuesta al sur del país. Los aparatos penetraron "hasta 20 millas" (32 kilómetros) al sur de¡ paralelo 32, que delimita la zona prohibida, anunció un portavoz militar nortemericano, mientras el portaviones Kitty Hawk mantiene su rumbo hacia el golfo Pérsico, para reforzar la vigilancia aérea impuesta hace cuatro meses por EE UU, el Reino Unido y Francia.
Los aviones iraquíes fueron interceptados y "luego se retiraron al norte de la zona de exclusión" dijo el teniente coronel norteamericano Howard Carter, portavoz de las fuerzas, que participan en la operación Vigilancia del Sur. Ese es el nombre del mecanismo aliado diseñado en agosto para proteger a los shiíes, cuya rebelión después de la guerra del Golfo fue brutalmente aplastada por Husein.
No hubo un sólo disparo, pero el incidente reforzó la tesis de que Irak está provocando de forma deliberada a Washington en las postrimerías del mandato de George Bush, al que considera responsable de todos sus males. Sadam busca, según los analistas, un doble objetivo: estropear los últimos días de Bush y saber cuáles son las intenciones de Clinton.
Operación ilegal
Bagdad alega que la zona de exclusión aérea no ha sido aprobada por el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas y que, por lo tanto, la misión de los aliados es ¡legal y supone una violación flagrante de su soberanía. Bush y su sucesor Bill Clinton han advertido que si lo que Bagdad persigue es poner a prueba la determinación de las potencias occidentales está cometiendo un grave error. Para dar énfasis a esa advertencia, el Pentágono reforzó el lunes su presencia militar en la zona con el portaviones Kitty Hawk, que transporta escuadrones de aviones F-16 y F-18.
Esta decisión, la del envío del Kitty Hawk, no ha gustado tampoco a Irán. Teherán ve en la operación Vigilancia del Sur y en los pactos militares entre los Emiratos árabes del Golfo Pérsico elementos de un gran ardid para perpetuar la presencia militar estadounidense en la zona. En las últimas semanas, EE UU ha expresado su preocupación por la política de rearme practicada por Irán.
Irak, por su parte, reflexiona sobre las consecuencias que tendrá para el equilibrio de fuerzas en la región el cambio en la presidencia norteamericana. Según los diarios de Bagdad, con Bill Clinton la Casa Blanca no será la misma, y los emires de la zona no podrán contar con el mismo apoyo que les dio Bush. Arabia Saudí- y los otros países árabes del Golfo que se sumaron a la campaña contra Irak en 1991 "están temblando más y más" a medida que se acerca la marcha de Bush "al basurero de la historia", asegura el diario oficial del régimen iraquí Babel
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