Garantías al general de la ONU de que será respetado su cuartel en Sarajevo

El comandante en jefe de los cascos azules en Bosnia-Herzegovina, el general francés Philippe Morillon, ha obtenido las "garantías" necesarias del presidente bosnio y líder musulmán, Alla Izetbegovic, de que su casa no volverá a ser atacada. En el caso de que se produzca un nuevo incidente como el de Nochebuena -cuando morteros bosnios dispararon contra el cuartel general de la ONU-, Morillon abandonará de inmediato la ciudad.La presencia del general Morillon en Sarajevo es, según los observadores, algo más que simbólica; el militar francés ha sido una pieza clave en la negociación, la semana pasada, de los acuerdos marco para desmilitarizar el aeropuerto y su concurso ha sido también esencial para desbloquear alguno de los contratiempos con los que se ha topado el reparto de la ayuda humanitaria. El último de ellos: las conversaciones para reanudar el servicio de agua y electricidad.

Un soldado británico resultó ayer herido cuando un proyectil de mortero cayó junto a su vehículo blindado. Un portavoz militar aseguró que el teniente Justin Freeland, de 25 años, fue alcanzado cuando acudía al encuentro de un convoy con ayuda humanitaria. En el incidente resultaron heridos también dos civiles.

Los combates se han reanudado en Gradac y Brcko, ciudades situadas en el corredor del norte de la república y que resulta vital para los suministros serbios al frente occidental. En Sarajevo, tras una noche tranquila después de la tregua de Navidad, los disparos y las explosiones esporádicas afectaron a los barrios periféricos.

Fuentes musulmanas denunciaron ayer la violación de la zona de exclusión aérea por parte de las milicias serbias. Radio Sarajevo informó ayer que la ciudad de Gradac había sido atacada durante la noche por fuerzas de artillería apoyadas por helicópteros.