Dudas sobre la lealtad de un cofidente

El interrogatorio del juez Carlos Bueren al confidente Ventura López Negreira arroja dudas sobre la utilidad y lealtad de este soplón. En la casa de López se halló un radiobaliza que debía haber llevado en el Oakleigh cuando zarpó a cargar droga.Ventura López: "Es un aparato que me entregaron para llevar y poner enfuncionamiento en cuanto cargara, para que esa gente de Madrid [SVA], se enterara cuándo el barco iba cargado y su ruta".

Carlos Bueren: ¿Lo ha puesto en funcionamiento cuando ha estado embarcado?

V. L.: No, señor. Por precaución a mi persona.

C. B.: De esta manera, ¿no se estaba realizando una operación de tráfico sin saber si se iba a coger o no, porque, de hecho, la cocaína no se ha cogido?

V. L.: No se ha cogi do pero no porque yo no quisiera; no estaba a mi alcance entregarla.

C. B. : ¿Intentó transmitir?

V. L.: No he podido, porque una vez que nos juntan no nos dan margen ni para llamar ni para nada.

C. B. ¿Llevó ese aparato con usted?

V. L.: No señor, porque en avión no se puede llevar el aparato ese, según me dijeron los que me dieron el aparato, que , me dijeron que si iba en avión, que no lo llevara.

C. B.: ¿Y no pudo avisar a Vigilancia Aduanera que no iba a llevar ese transmisor?

V. L. No pude.

C. B. : ¿Intentó algún aviso?

V. L.: Sí, por mensatel, les di el nombre del barco y de dónde era.

C. B. : Por lo que dice, Vigilancia Aduanera debió pensar que llevaba el emisor a bordo.

V. L. : Sí señor, seguramente debían pensarlo, porque si no les había comunicado que no lo llevaba, es que tienen que pensar que lo llevaba a bordo. Pero yo no pude comunicarles que no lo llevaba.

C. B.: ¿No será una estrategia para engañar al SVA?

V. L. : No, me estoy jugando el pellejo más con la gente de fuera que con ustedes. Si esta gente sabe lo que estuve haciendo, mi familia no dura 24 horas. Me he jugado el pellejo varias veces porque he ido con el barco vendido. Porque cuando yo he ido cargado, siempre se ha sabido en Madrid [SVA]".

Bueren desconfia de la lealtad del confidente con el SVA -que no avisó al juez de sus soplos-, por lo que lo mantiene preso.