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Malestar judicial por actuaciones antidroga ocultas de Hacienda

El Servicio de Vigilancia Aduanera (SVA) del Ministerio de Hacienda ocultó a la Audiencia Nacional y a la Fiscalía Antidroga avisos sobre operaciones para introducir droga que le daba un confidente, lo que ha causado malestar por la falta de control judicial sobre esas actuaciones. Carlos Bueren, titular del juzgado número 1 de la Audiencia Nacional, y la Fiscalía Antidroga advirtieron que el SVA ya conocía que dos barcos pretendían cargar cocaína -sendos alijos de unos 1.000 kilos- cuando se solicitó que participara en su seguimiento.

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Bueren mantiene preso al confidente, Ventura López Negreira, por entender que sus informaciones no han servido a la justicia para desarticular las redes y, por el contrario, tuvo papel destacado en la introducción de alijos y ocultó información al SVA. Un portavoz del SVA declinó dar su versión bajo el argumento de que la información "pondría en peligro la vida" del confidente.López Negreira, según sus declaraciones ante el juez reflejadas en el sumarlo sobre la Operación Santino, partió en enero de 1992 de San Sebastián a bordo del barco Urtizberea Anaiak, que él se había encargado de contratar, con destino a las costas de Venezuela, donde cargó entre 800 y 1.100 kilos de cocaína. Cuando el barco regresaba hacia España, recibieron orden de dirigirse a Marruecos.

"En Marruecos nos estaba esperando un barco chico, muy pequeñito. Le dimos la mercancía como a tres millas de la costa. Luego vino una patrullera marroquí hacia nosotros, pero como ya sabía que nosotros éramos los que habíamos dejado allí la mercancía, pues dio la vuelta y se fue. Porque allí [Marruecos] si no se descarga con los militares, allí no se hace nada, nadie puede descargar ni cargar nada". Tras su regreso, el confidente informó al SVA que "todo había salido mal", según fuentes de la investigación.

Bueren no lo creyó así, y le detuvo en la primera fase de la operación Santino, a fines de abril. El juez descubrió que el SVA ya sabía que este barco iba a cargar droga cuando requirió que colaborara en su seguimiento. Otro tanto sucedió con el Oakleigh. De otras tres operaciones en que intervino este soplón, referidas a alijos de 3.000 kilos de hachís, 500 kilos de hachís y una carga de 500 kilos de cocaína, la justicia también tuvo noticia con posterioridad de que el SVA estaba al corriente.

Todo ello ha generado malestar en la Fiscalía Antidroga y la Audiencia Nacional, que estiman que el SVA trabaja sin previo control ni coordinación judicial. "El problema es que Vigilancia Aduanera, que nació para reprimir el contrabando, se ha convertido en un organismo que investiga el narcotráfico, pero al no ser policía judicial actúa con total autonomía, sin ningún control preventivo de jueces ni fiscales", afirman medios jurídicos.

López Negreira no sólo buscó el barco Urtizberea, sino a cuatro tripulantes. El confidente recibió de la banda cinco millones por la travesía y pactó una comisión de ,,cinco, 10 o 15 millones o lo que quisiera darme" de Imanol Urtizberea, armador del barco.

López Negreira también avisó al SVA, que no hizo lo propio con la justicia, del Oakleigh. "Yo avisé a Vigilancia Aduanera cuando ese barco iba a salir y para dónde iba a partir. Llamé por telefono a un funcionario que se llama Fermín. Le dije que Antonio [Rodríguez Caridad] y Fernando [Vidal Pan] iban a ir Inglaterra para embarcar en un barco inglés para hacer un viaje de coca [cargó unos 1.000 kilos] y que se la entregaría a otro barco a 300 o 400 millas de Las Palmas, pero no sabía el nombre de ese barco". Bueren y la fiscalía no supieron de tal aviso, que conocieron tras pedir, por datos propios, al SVA que siguiera dicho barco.

Pasadas de avión

López Negreira describe otra operación de unos 500 kilos de cocaína mediante el Lady Rachel, que, según su testimonio, se tiró al agua cerca de Finisterre. La razón de tirar la droga: "Un avión [presumiblemente del SVA] nos dio tres pasadas". "Esa operación este juzgado no la conoce", explica el juez. López Negreira recibe por buscar el barco cinco millones, y se embarca. "Lo comunico a Madrid (SVA)", explica el confidente."De ahí a un tiempo me dijeron si tenía un barco para ir a buscar 3.000 kilos de hachís. Me dijeron, te vamos a dar dos o tres millones de pesetas si sale bien y tal. Les busqué el barco [Nuevo Matinal, lo cargaron y al llegar arriba [Laguardia] tiraron'1a droga al agua".

López Negreira indica que el Nuevo Matinal realizó vanías operaciones, consumadas todas. La policía sabía que se iba a producir esa descarga, por lo que "requiere la colaboración áel SVA, al objeto de cubrir la zona por tierra y por mar y aire". "Aunque hay movimiento en la zona, la mercancía no es descargada, ya que habiéndola aboyado, la embarcación que intenta recuperarla no lo consigue, posiblemente por haber detectado la vigilancia en el mar [del SVA]", indica un informe policial.

López Negreira relata una previa operación de 500 kilos de hachís, en la que sí intervino como tripulante a bordo del Bahía de Lastres. "Salió fallido. Nos vino a bordo la lancha de Vigilancia Aduanera de Muros sin detenernos. Yo lo arrojé [la droga] al agua porque estoy en contacto con el Ministerio de Hacienda. Me cogieron en Bilbao hace tiempo con un barco llamado Cedauly II con tabaco. Conocí a un señor que me propuso que trabajara con ellos. De ahí en adelante toda la información que he tenido la he pasado a este señor".

Y detalla por qué vertió al agua los 500 kilos de hachís: "Yo tenía que saber dónde iba a ir la mercancía a descargarla, es decir, que Aduanas tenía que cogerla en tierra, pero como no quise arriesgarme a que la sacaran y distribuyeran, opté por tirarla al agua"."

Primas por alijo

El juez pregunta al confidente si estas operaciones las comunicó al SVA: "Sí, puntualmente, en la medida de mis posibilidades". López Negreira, como confidente, tenía "un sueldo estipulado de 70.000 pesetas al mes y unas primas de los hallazgos que coja Vigilancia Aduanera".- ¿Esto lo sabe alguien más?

- Supongo que dos personas nada más, el señor con el que estoy en contacto, y su jefe.

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