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Crítica:ÓPERA
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Las buenas intenciones

La Ópera Cómica de Madrid comenzó su andadura en 1981 ofreciendo en el teatro de la Zarzuela El secreto de Susana, de WolfFerrari en una versión fresca y vital que aún se mantiene en el recuerdo como ejemplar. Después han alternado ópera y zarzuela con atención a espectáculos cuya programación suponía una novedad, como Las labradoras de Murcia, de Ramón de la Cruz y Rodríguez de Hita en 1988.De Ramón de la Cruz es también el libreto de Las foncarraleras, esta vez con música de Ventura Galván, a medio camino entre el clasicismo y el casticismo (un "casticismo elegante" como dice José Luis Téllez en el programa), muy propio de una época en que lo popular iba ganando terreno a los temas heroicos y mitológicos heredados de la ópera italiana.

Las foncarraleras

Libro: Ramón de la Cruz. Música: Ventura Galván. Dirección escénica: Francisco Matilla. Dirección musical: Luis Remartínez. Orquesta y Coro de la Comunidad de Madrid. Producción de ópera Cómica de Madrid. Teatro de La Vaguada. Madrid, 23 de diciembre.

Las foncarraleras se estrenó en Madrid en 1772, constituyendo un rotundo éxito que obligó a su reposición antes de finalizar el año. Desde entonces no tengo noticias de que se haya vuelto a representar. La música es agradable en dosis moderadas, haciéndose monótona por su falta de variedad, e ilustra sobre los caminos transitados entonces por la zarzuela.

La Ópera Cómica de Madrid es en esta obra, comparada con los precedentes líricos citados más arriba, una caricatura de sí misma. Un reparto vocal flojísimo, sobre todo las voces femeninas, una orquesta discreta, una dirección teatral ingenua y simple, eficaz en los movimientos y con una escenograflia que recordaba, y con eso digo bastante, a las de la ópera de Cámara de Varsovia. Sólo mantuvo un nivel de suficiente dignidad el Coro de la Comunidad de Madrid en sus dos breves intervenciones.

Recuperar una zarzuela tras 200 años de ausencia y presentarla al público de esta manera es contraproducente. Dudo, en cualquier caso, que estas Foncarraleras merezcan una resurrección. La trayectoria anterior de la ópera Cómica de Madrid es de tal ilusión, sensibilidad e inteligencia que es lógico seguir esperando de ellos éxitos posteriores. Grave sería lo contrario, pues no existen grupos en España como éste que realicen funciones tan necesarias.

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