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Kohl, dispuesto a enviar 1.500 soldados a Somalia

El canciller alemán, Helmut kohl, anunció ayer el envío a Somalia de un batallón de 1.500 soldados alemanes para colaborar en las tareas humanitarias en las regiones ya pacificadas, de ese país. La decisión del canciller representa un nuevo paso en su intento de hacer que Alemania desempeñe un papel político y militar internacional adecuado a su rango de tercera potencia económica mundial. Es la primera vez que soldados alemanes serán desplegados fuera del área de la Alianza Atlántica desde la Segunda Guerra Mundial. El batallón estará en Somalia dentro de seis semanas.

Mientras, el general norteamericano Robert Johnston, comandante en jefe de la Operación Restaurar la Esperanza en Somalia, llegó ayer en avión a la ciudad de Baidoa, una de las más castigadas por la hambruna y las luchas de clanes. Johnston estaba acompañado por el embajador Robert Oakley, emisario del presidente George Bush, y por el teniente coronel Bertrand Bourgain, que encabeza el destacamento francés en el país africano.El general Johnston aseguró que se sentía "muy satisfecho por el progreso de las operaciones en el conjunto de Somalia", y dijo que, de ahora en adelante, la reducción de las armas en poder de los clanes constituiría "una prioridad" para sus tropas.

Por su parte, Oakley reconoció que el desarme de los somalíes por la fuerza "no es una solución". "Ya han sufrido lo suficiente. No queremos transformarlos en enemigos", añadió. El emisario de Bush terciaba así en la polémica sobre este tema entre Washington y la ONU, cuyo secretario general, Butros Gali, considera que el desarme de las facciones constituye una "condición indispensable" para el éxito de la misión internacional.

Oakley afirmó también que la idea de un Gobierno de coalición para dirigir la transición en Somalia podía ser estudiada. Citó al respecto un precedente alentador: "Los dos señores de la guerra que encontramos en Mogadiscio redactaron solos una declaración de siete puntos que será aplicada pronto".

Mientras tanto, las fuerzas norteamericanas y francesas patrullaban en las calles de la ciudad, donde no se veían ya los vehículos equipados con ametralladoras, utilizados habitualmente por los grupos armados y los saqueadores.

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