Un hombre nuevo procedente del viejo 'aparato'

Víktor Chernomirdin, de 54 años, quien acaba de ser elegido primer ministro por el Congreso de los Diputados de Rusia ha seguido hasta hoy la trayectoria propia de los miembros del aparato de la extinta Unión Soviética.

El nuevo primer ministro es un ingeniero de nacionalidad rusa nacido en la región de Oremburg. Es un hombre corpulento, de elegancia soviética, que empezó su carrera profesional como simple obrero en Orsk, en la región sur de los Urales Se adhirió al Partido Comunista en 1961, estudió ingeniería e hizo carrera en la industria del gas y el petróleo.

Bajo el imperio del antiguo secretario general del Partido Comunista, Leónidas Breznev, Chernomirdin fue nombrado viceministro de la industria del gas. Mijaíl Gorbachov le elevó en 1985 a la categoría de ministro en el mismo departamento, cargo que ocupó hasta 1989.

Su entrada en el Gobierno ruso como viceprimer ministro el pasado mes de mayo fue interpretada como una concesión a los representantes del poderoso complejo industrial, quienes expresaron entonces su descontento por la política reformista de Yegor Gaidar.

Desde entonces, Chernomirdin se ha mantenido en un discreto segundo plano, razón por la cual es difícil juzgar sus actuales convicciones. Sus allegados le describen como un hombre afable que mantiene sus promesas, reconoce sus errores y sabe sacar partido de la experiencia.

Como ministro de la Energía fue en parte responsable de la subida de los precios del petróleo el pasado mes de septiembre, pero se le atribuye también el retraso de la fecha de la entrada en vigor de la liberación total de los mismos.

En su primera alocución ante el Congreso de los Diputados, Víktor Chernomirdin manifestó que está a favor de un Gobierno que saque al país de la crisis y a favor de profundizar en la reforma, pero sin que se produzca un "profundo empobrecimiento de nuestro pueblo".