Un importante dirigente sandinista pide la renuncia del general Humberto Ortega

El directivo de la Asamblea Nacional nicaragüense Edmundo Jarquín, uno de los principales dirigentes de la oposición y una de las figuras políticas más respetadas del país, ha pedido la dimisión de su compañero de partido, el general Humberto Ortega, de su cargo como jefe del Ejército, lo que incluye un elemento de sustancial influencia en la más delicada polémica que ha afectado a Nicaragua desde la victoria electoral de Violeta Chamorro.

Edmundo Jarquín, que reside temporalmente en Washington para estar junto a un hijo que requiere tratamiento médico en este país, es el primer dirigente sandinista que pide públicamente la dimisión de Ortega como única forma de "disminuir la polarización política que amenaza gravemente a Nicaragua en estos momentos".

Jarquín, que es yerno de la presidenta Chamorro y fue ministro de Comercio Exterior y embajador sandinista en España, considera que "la continuación del general Humberto Ortega al frente del Ejército es un factor de polarización".

"Creo que Ortega no debe continuar al frente del Ejército. Me pareció correcto", afirma el político nicaragüense, "que permaneciera en el mando después de las elecciones y durante la transición. Pero la misma evolución de la transición, a la cual el general Ortega ayudó notablemente, hacen que el momento para su salida haya llegado".

Jarquín cree que hay otros dirigentes sandinistas que comparten su criterio sobre Ortega, aun que nunca lo hayan expresado en público por temor a una grave división en el partido.

El mantenimiento de Humberto Ortega, hermano del ex presidente Daniel Ortega, ha sido siempre uno de los principales conflictos entre el Gobierno de Violeta Chamorro y la Administración norteamericana, que este año bloqueó durante seis meses la ayuda a Nicaragua por ese motivo. El pasado mes de octubre, el general Ortega anunció que se quedaría en el puesto al menos hasta 1997, en un gesto que algunos sectores interpreta ron como un verdadero pronunciamiento militar.

Edmundo Jarquín sostiene que "no se trata de que el general Ortega salga por revanchismo, sino como resultado de la propia evolución democrática". En su opinión, las causas del deterioro de la situación en Nicaragua son "muchas y complejas, pero la suspensión de la ayuda norte americana tuvo un efecto devastador".