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Entrevista:

"En Guatemala saben quien asesinó a mi hermana"

El 11 de septiembre de 1990 fue una fecha que cambió el destino de Helen Mack, una guatemalteca de 39 años, hasta entonces administradora de empresas en la capital de su país, Guatemala. Ese día, su hermana Myrna, una antropóloga social que desarrollaba tareas entre las comunidades más pobres de su país, fue asesinada en una calle de la capital. Por su "coraje y perseverancia" en descubrir a los asesinos de su hermana, Helen Mack recibió el pasado miércoles en Estocolmo el llamado premio Nobel alternativo que otorga The Right LivIihood Foundation (Fundación para una Vida Armónica).En Guatemala, donde a lo largo de más de tres décadas de guerra sucia se ha contabilizado un número de víctimas superior a las 50.000, la muerte de Myrna Mack pudo haber sido, más allá del. drama de familiares y amigos, sólo una cifra más en la larga lista. El coraje y perseverancia de esta mujer pequeña, de mirada viva e inteligente, impidió que así fuera. Convencida de que la muerte de su hermana no había sido un crimen común, sino que obedeció a motivos políticos, Helen asumió como un imperativo moral la misión que parecía imposible, desenmascarar a los culpables materiales e intelectuales y llevarlos ante la justicia.

"El primer obstáculo que tuve que vencer fue el miedo", confiesa Helen sin vacilar. "Todos en Guatemala desde el principio supieron que este asesinato había sido cometido por las Fuerzas de Seguridad del Estado, pero, debido a la trayectoria de sangre de nuestro país, nadie quiere sumar un número más a la macabra lista asumiendo públicamente la responsabilidad de un testimonio".

Esto dificultó la obtención de pruebas que pudieran presionar a una justicia que es parte del sistema y que también tiene miedo de llevar adelante una investigación seria. "En ese sentido, la solidaridad internacional que permitió mantener vivo el caso y respaldar moralmente a los guatemaltecos honestos que querían que se hiciera justicia, fue un aporte invalorable", agrega.

La intervención del Gobierno de Estados Unidos deportando al único responsable que aparecía en la investigación policial fue un hecho importante. Esto permitió la iniciación del juicio y en él se ha probado jurídicamente quién fue el autor material y que el crimen fue organizado desde el Estado Mayor presidencial.

Testigo presencial

"Yo había perdido la esperanza de lograr un testigo presencial, pero de pronto apareció un joven de 20 años que se atrevió a testificar en razón de que no soportaba el cargo de conciencia y porque él también quería una Guatemala diferente a la que hemos tenido hasta ahora".Helen enfatiza que la acción emprendida por ella contra la impunidad revitalizó en su país la voluntad de justicia en miles de familias que viven un drama similar y que también esperan que para ellos llegue la verdad. En los dos aniversarios desde el asesinato de Myrna Mack, tuvieron lugar en Guatemala dos marchas contra la impunidad, como afirmación de una voluntad colectiva de que se haga justicia. El juicio por la muerte de Myrna Mack continúa.

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